Daniel Anglada
Entrevistado el 23 de junio de 2017 para la serie documental Catalunya Barcelona.
¿Podrías decirnos tu nombre, por favor?
Me llamo Daniel Anglada Pic.
¿Dónde naciste?
Nací aquí, en Barcelona.
¿Cuál es tu oficio?
Soy marino mercante. Es decir, soy piloto de la Marina Mercante. Actualmente, estoy navegando, transportando gas licuado natural a todo el mundo con la empresa Teekay.
¿Qué te llevó a trabajar en el mar?
Cuando era pequeño, siempre disfrutaba de los veranos navegando. Empecé a navegar en Masnou. Allí, la embarcación se me hizo pequeña y di el salto a aquí, Barcelona.
A raíz de ir a navegar cada año, cada verano y viendo que tenía una salida profesional, empecé a profesionalizarme hasta que acabé estudiando la carrera y entrando a la marina mercante española.
Históricamente, se oye hablar mucho de la relación de los catalanes con la tierra, una relación muy importante y fuerte. ¿Qué podrías decirnos de la relación de los catalanes con el mar?
Esto viene de… Es verdad que no terminamos de conocer la historia. Menos los que somos de mar y vinculados a la vela, sobre todo mucho más tradicional que la vela actual.
Los catalanes hemos estado vinculados al mar desde hace siglos. Por ejemplo, te puedo describir un pueblo, Vilassar de Mar, donde te encontrarías, en los años 40 o 50, con que la mitad de la población eran marinos mercantes profesionales. El resto eran pescadores de allí. Quiero decir, siempre han tenido mucho afán.
Además, podríamos decir que los catalanes, aunque hayamos estado mucho conreando la tierra y en la agricultura, siempre hemos tenido segundas residencias o casas de verano cerca del mar.
A raíz de ver que también se puede conrear al lado del agua y todos los beneficios que da el mar, se fueron estableciendo pequeños pueblos.
Hace cuatro días, estuvimos en Calafell y nos explicaron un poco de historia de este pueblo. Es verdad que está a unos kilómetros tierra adentro pero como está tocando con la costa, nació a raiz de gente que tenía una segunda residencia o, como la tierra no costaba nada, era la gente más pobre.
A raiz de eso, la construcción de embarcaciones, tipus de artes de pesca, etc. Por eso, nosotros tenemos una gran cultura marinera. Pero como somos un país, tanto España como Cataluña, no le hemos dado suficiente voz al mar, al contrario, le hemos dado la espalda.
Ahora parece que con todo el tema del lujo, las embarcaciones de lujo, todo este charter de lujo, se está empezando a revivir un poco todo esto. Pero sí que ha habido un vínculo entre los catalanes y el mar durante muchos años.
¿En qué sindicato estás? ¿Qué beneficios te comporta? ¿Conoces la historia de los sindicatos en Barcelona?
Los marineros formamos parte de un sindicato. Somos un sindicato que lucha por nuestros derechos.
Es decir, esto sobre todo lo hacemos desde… No por formar parte de una empresa extranjera significa que no puedas formas parte de los derechos de aquí y luchar por estos.
Un ejemplo claro son los estibadores de Barcelona. Es gente que ha luchado toda su vida para tener ciertas atribuciones, ciertas ganancias a la hora de trabajar y no quieren dejar que sea el propio gobierno quien lo gestione. Por eso luchan tanto, para ser ellos mismos quienes se gestionen.
Yo no estoy en un sindicato directamente, pero sí que tengo claro que, cuando vea que las condiciones empiezan a empeorar, que hay algún indicio de condiciones de trabajo muy duras en la marina, de tener que estar mucho tiempo fuera, poco tiempo de descanso, muchas horas seguidas sin descansar a bordo, entonces sí que haré más hincapié en esto pero, de momento, vamos toreándolo.
¿Recuerdas alguna historia sobre la Guerra Civil? ¿La vida durante Franco o la transición?
Sí. Nací en Barcelona pero mis padres no, mi madre nació en Manresa y mi padre, en Mataró. Por parte de padre, realmente, no conozco mucha historia.
Es una persona con la que tampoco he tenido mucha relación. Pero con mi madre, sí. Justamente, también vivo en este piso con mis abuelos maternos.
Era gente de bien, gente noble. Incluso, el abuelo de mi madre había sido alcalde de Manresa. Hablamos de gente que se rodeaba de cierto poder. En el momento de la guerra, todo eso cambió.
Y fueron muy sitiados. Sobre todo, si tuviese que quedarme con algo de todo lo que me han contado mis padres o abuelos, sería con las prohibiciones.
Es la falta de libertad. El no poder hablar en catalán, no poder escribirlo. Que te entrasen en casa, te revisasen si tenías manuscritos o notas en catalán. Todo eso lo quemaban.
Yo creo que lo único que no puedes quitarle a una persona es su libertad. La libertad de expresarse, de moverse, y eso estuvo muy reprimido durante la guerra.
Por ejemplo, A raíz de esta entrevista, le pregunté a mi madre y me explicó que cuando iba al colegio, entraban los soldados y todas las monjas empezaban a correr porque tenían que hacer que todo el mundo hablase en castellano. Niña que no hablase en castellano y lo hiciese en catalán podía ser pegada.
Quiero decir que son cosas que han tocado mucho la fibra de los catalanes. En cuanto a mis abuelos, mi abuela había sido una gran lectora y una gran escritora. Tenía que esconderlo todo porque, cuando entraban en casa, como encontrasen algún escrito… madre de dios. Podías acabar fusilado en un momento. No se iban con tonterías.
Durante la guerra, una anécdota graciosa, por ejemplo, Durante la mañana, en Manresa, los republicanos entraban en las casas y se llevaban todo lo que hiciese referencia a Jesucristo, a la religión, al cristianismo, documentos muy de derechas.
Después, no sé qué pasaba durante el día que, al anochecer, llegaba el bando franquista y te devolvía las cruces, los manuscritos. Bueno, como veis, fue una guerra que… Tampoco había mucho…
Yo pienso que la gente, realmente, no sabía por lo que luchaba, sino que simplemente eran mandados. Sí, sí.
Y recientemente, porque soy un chico de 30 años con una madre no muy mayor, Cuando mi madre estudiaba medicina en el Clínico de Barcelona, los caballos del bando del régimen franquista entraban en los pasillos del Clínico a perseguir a todos los estudiantes porque estudiaban en catalán.
Y ellos se tenían que colar por los diferentes pasillos. Claro, los estudiantes se conocen muy bien el hospital. El Clínico tiene la forma de un cuadrado interior y, a partir de aquí, van entrando en diferentes pasillos. En este, entraban los caballos a perseguir a los estudiantes.
Cuando dices “le tenemos odio a España”, no, pero realmente nos ha hecho mucho daño. Durante muchos años, nos ha quitado libertad en todo. De que no puedas salir a la calle y expresarte como quieras.
Ahora se habla mucho del deseo de separarse de España y de crear una nación independiente. ¿Estás a favor de la independencia?
Yo estoy a favor de la independencia y siempre lo he dicho. Lo que realmente pienso es que este paso de desvinculación nos tiene que enseñar mucho.
Nos tiene que enseñar cómo gestionar nosotros el dinero, cómo hacer las cosas porque los futuros políticos, que está claro que vendrán, no creo que lleguemos a ser un país como Islandia, que han echado a los políticos y un deportista de élite es el ministro de deportes, es decir, gente que ha llegadoa la élite en su sector está gestionando el pais como ministros.
No sé si llegaremos a eso porque también tenemos que entender que España ha estado machacando muchos años, intentando cultivar una cultura, su cultura, aquí, en nuestra tierra.
Yo conozco a mucha gente que no ve muy claro lo de la independencia y prefiere “enemigo conocido que amigo por conocer”.
Entonces, un poco lo que tenemos que… Yo estoy muy a favor y, sobre todo, el hecho de que tenemos que desvincularnos… No podemos ser, realmente, un peso tan importante en España. A la hora de llevar la economía, a la hora de generar riqueza en el pais porque, lo que debemos tener muy claro es que Catalunya tiene una situación geográfica espectacular.
Tanto por el clima, como por la localización. Es decir, no somos la cola de España. La cola de España está en Algeciras, sino que somos el nexo de entrada de todas la mercancía que entra del Atlántico.
Los grandes barcos, por ejemplo, o aviones de transporte paran en Algeciras. Pero es que Barcelona está cogiendo peso como puerto. Actualmente, tenemos un gran movimiento de contenedores, de grano, de personas con el tema del pasaje. Somos un gran punto de destino, de llegada y de spot para los barcos.
No solo para los cruceros, sino de líneas férreas, de estos barcos que, a lo mejor, vienen del norte de África y quieren llegar a las costas italianas, haciendo un recorrido de todo lo que es la costa española, francesa e italiana.
Bueno, pues están abriendo nuevas líneas, cosa que está trayendo mucha riqueza. Y todo esto lo trae Barcelona por su posición geográfica y Cataluña. Por eso, vemos que grandes empresas se están estableciendo aquí.
También somos una importante conexión con todo el norte de Europa. Aquí llega mucha mercancía de Estados Unidos o de China, que entra por el canal de Suez y el Mediterráneo o bien, por el Cabo de Buena Esperanza, Cabo Verde, Sur África, y entramos ya al Mediterráneo y nos encontramos con la misma situación.
Partiendo de que sabemos que geográficamente somos un gran punto para la economía mundial, esto tenemos que hacerlo valer y tenerlo presente, que podemos ser un gran pais.
Además, hemos demostrado que somos gente trabajadora, que no vemos la violencia como arma para ganar cosas, sino realmente, el diálogo y eso es lo que ha estado demostrando Cataluña durante siglos, buscar el diálogo para poder arribar a buen puerto.
La historia y culturas catalanas son identificables desde hace mucho tiempo. ¿Tú cuáles consideras que son los puntos principales de diferencia entre la historia y cultura catalanas y la española?
La historia catalana, por ejemplo, un aspecto comparable para los españoles que hablan de la cultura española, ahora haremos una comparativa.
Aquí nosotros hemos tenido toros, hemos tenido muchos animales, bueyes para poder hacer masacres. Pero fíjate que aquí, en Cataluña, con el tiempo, nos hemos dado cuenta de que los animales merecen un respeto, que muchos de ellos llevan mucho más que nosotros en la tierra en la que se encuentran.
Entonces, lo que yo veo es que la cultura española es muy ancestral y no ha evolucionado. En cambio, nosotros hemos sabido adaptarnos y ver que hay puntos en los que no se puede seguir por este camino, sino que tienes que tomar otro bien distinto.
Porque, realmente, estás haciendo daño al medio ambiente, a la fauna de tu pais. La gran comparativa que pongo es el tema de los toros en España y aquí.
Aquí, en Cataluña, se han prohibido los toros y no costó tanto hacerlo. La gente hablaba de que hacían batallas campales en la Monumental cuando había corridas.
Qué va, allí eran cuatro personas las que reclamaban el no hacerlo. Todo eso fue un poco desde el gobierno que impulsó el prohibir este sacrilegio contra ciertos animales.
Un poco, no comparemos toda la cultura española y la catalana en este aspecto, pero podemos ver ciertos matices en los que vemos que nosotros hemos sido capaces de evolucionar con todo este globalismo que nos ha entrado nuevo.
De muchas culturas, de mucha gente que viene de fuera, que se instala aquí, que también tiene el derecho de vivir a su manera, respetándonos pero también tienen derecho de vivir a su manera.
Pienso que hemos sido más capaces de entender esto y de abrirnos y adaptarnos que otras culturas, como la española.
La cultura española ha tenido grandes autores hablando de literatura, igual que la catalana. Quiero decir, aquí sí que son dos caminos muy paralelos, pero bueno.
Hay una gran diferencia, sobre todo a la hora de pensar y de saber aceptar y adaptarse.
También lo vemos con nuestros políticos, comparados con los del gobierno central, son muy diferentes. Somos gente con cultura, ¿cómo es que nuestro presidente no sabe hablar inglés?
El presidente catalán va a la ONU y hace un discurso en castellano, catalán, inglés y francés. Eso es cultura. Eso es conocer. Eso es tener fuerza.
Lo que no es tener fuerza es salir por la televisión para ser un muñeco mediático para las cadenas estas a las que les va bien ir presentándolo por la televisión y bueno, un poco lo que yo siempre he comentado es esta anticultura, realmente.
Yo pienso que con cuatro pinceladas de cosas, ves que hay grandes diferencias. En el pasado, esto también se demostró.
Cuando dices que el pasado también se demostró, ¿tienes alguna historia en mente o lo dices en términos generales?
Tengo una en mente. Una gran persona como fue Puig Antich, fue un gran autor, poeta, luchador por los derechos catalanes y este hombre no llegó a ser mayor.
¿Qué hizo con él el régimen franquista rápidamente? Le fusilaron. ¿Lluis Companys? Tampoco le aceptaron. Bueno, hay ciertas…
Más vale no entrar en este tema porque es mirar atrás y pienso que no debemos hacerlo, tampoco es así, a ver si me expreso bien.
Tenemos que fijarnos en lo que nos han hecho y tener muy presente lo que ha pasado pero no tenemos que quedarnos con esas cosas, tenemos que intentar que, a partir de ahora, las futuras generaciones no vivan lo que vivieron nuestros padres, nuestros abuelos…
Eso es lo realmente importante, que no siga pasando como ha pasado durante tanto tiempo, que hemos tenido a gente luchando por su tierra, por sus derechos y han acabado fusilados y nunca tuvieron reconocimiento, cosa que la gente del régimen franquista, familias del régimen que habían muerto sí han tenido reconocimiento durante muchos años y, en cambio, aquí, con lo que les pasó a héroes y líderes políticos, España calla. No dice nada.
Para ti y para tu comunidad, ¿el lenguaje catalán es muy importante?
A ver. Si hablamos de ganarnos la vida, la lengua más importante, claramente, es el inglés. Te abrirá todas las puertas del mundo, pero eso no significa que tengamos que perder nuestras raíces.
Nosotros tenemos una lengua muy clásica, muy antigua y deberíamos intentar que no se perdiese.
Después de tantos años de lucha contra un gobierno que la ha querido erradicar y no lo ha conseguido, pienso que esta lengua no se perderá nunca.
Hablando un poco del idioma, ¿cómo consideras que se diferencia el catalán de Barcelona con el del resto de Catalunya?
El catalán de Barcelona… El que no es de Barcelona, es mucho más cerrado. El habla es mucho más cerrada.
El uso de la gramática cambia. En Lleida, tenemos otros pronombres débiles como el “lo” y demás, cosa que aquí, en Barcelona, no estudiamos así en nuestro catalán.
Pero el catalán de aquí, para mí, es un catalán mucho más fácil de entender y estudiar que no si coges a una persona y te la llevas a Olot para que converse con alguien de allí.
¿Se entenderán? Y tanto que sí. Pero hay palabras que, incluso para mí, cuando viajas por ahí, te das cuenta y dices “Ostras, parece otro idioma, ¡cómo cambia la cosa!”
Sí, yo diría que es mucho más cerrado. No quiere decir que las personas sean más cerradas, ¿eh? Solo que la forma de hablar es mucho más cerrada, se reservan muchas cosas a la hora de decirlas. Quizás, aquí somos más abiertos en el momento de hablar.
Pero bueno, pienso que eso es lo que hace de Barcelona una ciudad cosmopolita actualmente. Tiene una mezcla de culturas que pienso que coge un poco de aquí, un poco de allí y, al final, se va creando esto, nuestra lengua.
¿Puedes pensar en alguna canción o algún poema que te hable de tu identidad catalana?
Sí, yo tengo las Habaneras. Las Habaners son poemas musicalizados referentes al mar. La más famosa de todas, “El meu avi va anar a Cuba”, son canciones de gente tradicional de aquí que cantaba al mar.
Hoy en día, vemos a estos hombres con esas voces tan profundas, pero realmente, las Habaneras las cantaban las mujeres.
Eran canciones que les cantaban al mar cuando sus maridos se embarcaban y sabían cuándo se iban, pero no cuándo volverían.
Así, eran cantos de amor, de pureza, de sentimiento hacia sus hombres, hacia la embarcación y hacia el mar. Y siempre con respeto. Las Habaneras me tienen robado el corazón.
¿Cómo ha cambiado la ciudad desde que eras un niño?
Lo que ha cambiado mucho es el turismo. Yo nací en el año 86 y puedo decirte que en estos últimos 8 o 10 años, la cosa ha cambiado mucho en Barcelona, mucho.
Es decir, nos está invadiendo el turismo aquí, en Barcelona. De manera que hay ciertos momentos que, depende de por dónde pasees, ya no sabes ni si estás en tu casa o no.
Pero bueno, eso no es algo malo tampoco, no pienso que sea algo negativo, al contrario. Porque siempre nos tenemos que nutrir de la gente. Al final, la evolución humana ha crecido a base de nutrirnos los unos de los otros.
¿De qué me quejo yo? Pues mira, justo aquí al lado, tenemos tres hostales. Uno se llama Generator y tiene alrededor de mil camas.
¿Qué ha traído esto aquí? Un turismo que no es el que nos gusta. Han traído a gente joven que tiene carta blanca para hacer lo que quiera aquí.
Yo tengo una perra, la paseo a las doce de la noche, una, once, depende del día y lo que no puede ser es que a la una de la madrugada, te encuentres a gente vomitando, haciendo escándalo, para parar los taxis… Bueno, como si hiciesen barricadas cruzando la calle, tapándola.
De eso es de lo que yo me quejo, realmente, y es donde ha cambiado un poco nuestra ciudad. Y sobre todo, al haber turismo, la gente que ha tenido propiedades hace subir el precio de los alquileres, hace subir el precio de todo.
En parte, entiendo que la gente se tenga que ganar la vida, pero teniendo claro que hay gente que vivimos aquí, que somos de aquí y que nos merecemos, por lo menos, no tener que pasar por el aro como todo el mundo.
Cuando tú te vas de vacaciones a otro pais, puedes aceptar pagar más o pagar menos porque dices, mira, no es mi pais, voy a otro sitio. Pero que estés aquí y no puedas permitirte tomar un café en Passeig de Gràcia sin que te cueste más de tres o cuatro euros, dices, “a mí también me gusta disfrutar de Passeig de Gràcia”. Es una gran vía, arquitectónicamente, entre la Pedrera, la Casa Batlló, la casa de al lado de la Batlló que ahora mismo no sé cómo se llama pero que también es una pasada, las farolas de Gaudí, la proyección que tienes desde lo alto de todo hasta Plaza Cataluña, incluso en los días buenos, puedes ver todavía un poco el mar, también me gustaría disfrutar de eso.
Y, a veces, parece que nosotros no podamos disfrutarlo, que tenemos que trabajar para generar riqueza en este pais, tenerlo en buenas condiciones, y nada más.
Pero bueno, sobre todo, el turismo de chavales jóvenes descontrolados. Ese es el que se tiene que cambiar, que es el que nos afecta.
¿Cuándo notaste que empezase a pasar esto?
Hace siete u ocho años, aproximadamente. Seven to eight years. Es cuando empecé a notar el gran cambio, realmente.
Y sobre todo, ya te digo, esto era una central eléctrica en su momento, este edificio, el Generator. Es un edificio enorme, casi ocupa toda una acera del Eixample.
Claro, es que tiene mil y pico o dos mil y pico camas. Pero cuando ves que cada mañana llegan 7 u 8 autobuses, los descargan, por la noche cargan otros, o al día siguiente… Claro, es un movimiento abismal de gente. No es que tenga uno aquí, aquí hay tres.
No son tan grandes los otros, pero igualmente, es un movimiento escandaloso.
Que, en parte, está muy bien porque el concepto de hostal, yo incluso lo he usado fuera de España y con familias y todo muy bien. No me quejo del concepto, me quejo de que ni ellos mismos saben controlar a la gente que va.
Y la propia Guardia Urbana está desquiciada, ya pasa de largo y no les dicen nada, pasas por la calle y parece un cultivo de marihuana porque hay un olor espantoso, pero ves que pasa la Guardia Urbana y no dice nada porque no tiene herramientas para poder hacer algo bien hecho.
Seguramente, les deben coger, les requisan el material o lo que sea y no les llega ni la multa porque no son españoles, etc.
Supongo que piensan que es mejor no malgastar el tiempo, pero tenemos vecinos, son gente de aquí y también tenemos el derecho de poder disfrutar un poco más de nuestro barrio.
¿Tienes algún objeto personal que represente la cultura catalana para ti?
Sí, pero más que ser algo puramente sentimental, es como un gag, el Caganer Catalán.
Con eso, vas por todo el mundo y la gente se queda sin saber qué decirte. ¿Cómo tienes en medio del pesebre a un tío que hace sus necesidades? Pues así somos los catalanes, que nos reímos incluso de nuestra propia sombra, pero seguimos adelante.
Has mencionado el caganer, ¿podrías explicar un poco el caga-tió?
El Cagatió sería… Nosotros, aquí, tenemos una tradición que fuera de Cataluña no está mucho, por no decir que nada.
Yo incluso lo vivía en casa, mi abuelo era carpintero ebanista y teníamos un tronco al que habíamos dado forma como si fuera una especie de cerdito.
Le pintabas los ojos, le dabas forma de morro, le ponías un gorrito y lo cuidabas durante un mes. Le dasde comer cada noche y, al día siguiente, te levantas y no está la comida, se la ha comido el tió.
Esto, lo que hace es que el tió vaya creciendo y engordando. ¿Por qué? Porque sería, digamos, cuando está mejor. Cuando más come, más puede dar de sí.
Yo soy marinero y es una prima que tenemos en los barcos. Si no estás bien alimentado, no rindes a bordo.
Y realmente, la fatiga viene con el cansancio pero se acentúa mucho más o antes por la falta de una buena alimentación.
Ya no hablo de una alimentación, sino de una buena alimentación. Así, engordamos al caganer y le damos buena comida para que pueda cagar bien. El día 25, le cantamos su canción y le damos golpes de bastón.
Estos, lo único que hacen es activar todo el sistema nervioso y digestivo de este tronco y deja ir los regalos.
Es como los Reyes Magos, es una historia que viene de Oriente, una magia especial. Y el Caganer es nuestra magia catalana, creada por nosotros.
¿Te describirías como alguien que ha estado educado en tradiciones catalanas? En caso afirmativo, ¿cómo dirías que se nota en tu persona?
He estado buscando tradiciones catalanas. Resumiendo, yo fui a un colegio inglés.
Mi madre es médico y decidió que no quería que yo tuviese problemas con el inglés, así que me apuntó a un colegio inglés.
El Saint Peter’s School cogía a profesores nativos de Inglaterra y los traían aquí. Así, yo en casa, hablaba catalán y vivía como un catalán con sus tradiciones. En cambio, el colegio no seguía el calendario de tradiciones de aquí, sino que íbamos como los colegios ingleses.
Había mucha diferencia, nosotros celebramos unas cosas, ellos celebran otras.
¿Te hace diferente una cosa con la otra? No sé, supongo… No sabía cómo contestar a eso. Qué te hace diferente…
Son culturas diferentes, tradiciones, pero… 2 minutos.
Dejemosla para después, ahora no me salen las palabras.
¿Dónde solías socializar con los amigos cuando eras más joven?
Al estudiar en ese colegio inglés, yo nunca me sentí demasiado identificado con la gente de allí. Eran otros niveles sociales.
Así, yo siempre me he movido un poco con gente que navega, gente con la que he navegado. También jugué a básket durante una época. Formamos un equipo y me movía con esa gente.
Pero bueno, sobre todo cuando creces, a los dieciséis, diecisiete, dieciocho años, empiezo a reconocer el mundo náutico. Siempre hacíamos regatas, estábamos en el guarda barcos, trabajábamos en una base náutica. Empecé a trabajar en una a los diecisiete años.
Debido a eso, mis amistades son muy diversificadas, por edades sobre todo, pero todas tienen un objetivo común, el respeto al mar. Unos hacían windsurf, otros navegábamos con petit català, que es una embarcación de aquí. Pero todos buscábamos lo mismo, que es levantarnos por la mañana, controlar el viento y meternos en el agua.
Siempre me he movido con gente muy vinculada a eso, mis amigos también son marinos. No es que me haya cerrado a este sector, al contrario, pero a raiz de salir, a través de uno, conoces a otro y acabas haciendo amistad, pero sí, sobre todo donde he salido yo, el Puerto Olímpico, que es donde navegaba más, y después también cuando tuve una moto, ya empezaba a moverme más por Barcelona, pero sobre todo gente marina. Ya no profesional, sino también por recreo suyo.
De pequeño, ¿cuál era tu festividad catalana preferida? ¿Tienes alguna historia?
Bueno, de pequeño era una y de más mayor, otra.
De pequeño, la fiesta que más me gustaba eran los Reyes porque aquí, en mi casa, era magia. Entre que decorábamos todo el piso, los Reyes eran siempre espléndidos, sobre todo, mi madre creaba un ambiente mágico en casa.
Y con los años, la fiesta a la que he ido dando más peso, sobre todo porque la he ido entendiendo, es la procesión del Carmen, que es la patrona del mar.
¿Por qué? En un principio, no entendía por qué tirábamos ramos y rezábamos a Dios, pero a la que empiezas a navegar, te das cuenta de que hay algo más.
Dices, no entiendo como hoy no ha pasado nada. Hoy tenía un angelito que me ha guardado. A raíz de esto y de ir encontrando situaciones difíciles en la vida en el agua. Hasta tal punto que un día, solo una vez, querer estar en tierra cuando estaba en el agua, cosa que solo me ha ocurrido esa vez en la vida, imagínate cómo era la situación.
Ahí ya empiezas a ver que, llámalo como quieras, pero hay veces que, llámalo suerte, llámalo como quieras, un angelito de quita las castañas del fuego y te ayuda.
Pues bueno, esta es la fiesta que más sigo ahora. Más por la vocación que tiene la gente del mar. Aquí en Barcelona no se vive eso, se ve muy poco. Sobre todo se ve en la Barceloneta, que esla familia de pescadores que sale en cuatro barquitas y lo tiran.
Pero cuando pasas Badalona, eso se vive muy intensamente. O cuando cruzas las costas del Garraf, tiras un poco más hacia Vilanova, eso es el pan de cada día en este sentido, porque es la protectora de tus hijos, de tu marido, de tus padres.
Bueno, vas entendiéndolo cada vez más y te apasiona.
Cuando eras más joven, ¿qué solías mirar en la televisión?
Cuando era muy pequeño, de nuestra época, miraba Son Goku, el famoso Son Goku, que fue mítico y todavía se conoce hoy en día.
Los niños pequeños, ahora que trabajo con una asociación con niños pequeños discapacitados y todo eso, les tiramos al agua desde un barco histórico, lo conocen.
Lo conocen y son chicos con problemas mentales, perdón, y pequeños, te hablo de siete, ocho años. Y conocen muy bien a Son Goku.
Fue uno de mis referentes televisivos. Y después, fue Mr. Bean. No sé si…
Un gran actor muy conocido. Es que no veas cómo la liaba el tío. Cómo una persona podía acabar enredándose sin decir ni una palabra.
¿Y de música?
Las habaneras es un tipo de música que me gusta mucho para escuchar el mensaje, pero tengo otras predilecciones musicales.
Pero sobre todo, he escuchado mucho pop inglés de los 90 y 80. Mi madre tiene gran parte de culpa en esto. Había tocado en un grupo, con los famosos Setze Jutges, que tocaban en Manresa. Grupos de canción catalana radical, que decían.
Pero siempre he sido un amante de la música y, aquí, los 80 y 90 los tengo muy presentes, el pop inglés más tranquilo, eso sí. Actualmente, es este el estilo que me va.
¿Cuál es un plato que consideres típico catalán?
Le he estado dando vueltas un rato, pensando en esta pregunta y te diría que un plato típico de aquí que, con lo poco que he estado por el mundo, no lo he encontrado en ninguna parte es el famoso trinchado de Cerdanya.
Quizás me equivoco y lo hacen en algún otro lugar también, pero no lo he encontrado. Es patata chafada con col, todo frito y con trocitos de tocino, todo muy frito. Tiene un sabor espectacular.
Sé que eso se inició aquí, en la famosa Cerdanya, porque las coles se cultivaban muy bien, la patata ya sabemos que se puede cultivar casi en cualquier sitio y bueno, no me preguntes cómo nace este plato pero sé que es de allí y no lo he encontrado fuera. Quiero decir, por profesión, no toco mucho la tierra pero vayas donde vayas, siempre intentas probar cosas típicas del sitio. Cosas similares al trinchado de Cerdanya, no…
¿Cuál es la plaza de la ciudad que considerarías la más catalana de todas y por qué?
La plaza de la ciudad que es más catalana… Hombre, en Gracia tenemos unas cuantas muy importantes, que fueron durante mucho tiempo de protesta y que la gente iba allí a luchar por su barrio y su cultura.
Pero pienso que una plaza importante de Barcelona es la de Josep Tarradellas o Francesc Macià, o Calvo Sotelo que la llamaban antiguamente.
Más por la historia que tiene y por lo que ha llegado a pasar allí. Porque si pensamos, ahora mismo no lo sabría explicar muy bien, pero si no recuerdo mal, por los 2000… entre 2005 y 2010, hubo esa acampada en Francesc Macià con la lucha que reclamaban contra la crisis porque se estaban cerrando los hospitales, o ciertas plantas de hospital, reducción de sueldos…
La gente fue allí como protesta por todo lo que había hecho este gran hombre, Francesc Macià, por Cataluña.
Yo pienso que esta tiene mucha importancia. A parte de Plaza Cataluña por lo céntrica que es. Ahora, hace cuatro días, le pintaron un sol de más de 50 metros de diámetro, se ve, eso también tiene importancia.
Pero si miramos un poco el nombre de la plaza y los acontecimientos… Lo que pasa es que en Plaza Cataluña también han pasado muchas cosas. Podríamos dejar estos dos nombres como referentes, sí.
Ahora mencionabas la crisis económica. ¿Cuáles crees que han sido los motivos de la crisis económica en España?
A nivel español, ha sido el afán de los políticos por ganar dinero, eso está clarísimo. El no saber marcar el límite. No puede ser que un club de futbol sea el máximo deudor de hacienda, por más que sean Messis o Ronaldos, Barcelona o Madrid.
Somos un país en que la gente vive. Del futbol viven cuatro. El resto nos tenemos que levantar cada mañana y trabajar para ganarnos el pan. Repítela, que se me acaba de ir de la cabeza, perdona.
Los motivos de la crisis económica a nivel español.
A parte de esto que hemos dicho de que hay ciertos clubs, ciertas personas que sabemos que deben mucho al país, también hemos tenido políticos que nos han robado mucho, tanto aquí como allí.
Cuando hablo de aquí, hablo de Cataluña y cuando lo hago de allí, hablo de España.
Tanto aquí, como allí. Aquí se ha luchado por nosotros, pero también tengo muy claro que se han aprovechado de la situación como han querido.
Y una cosa que, por ejemplo, todavía le da más peso a esto es que aquí, en Cataluña, si hablas con tus abuelos o con tus padres si superan los 60 años, era gente de sentimiento Pujolista. No eran de Convergència, eran Pujolistas.
Enterarnos de todo lo que ha pasado, lo que no ha pasado, lo que ha dejado de pasar, yo sé que a día de hoy, mi abuela, si siguiera viva y se diera cuenta de todo lo que ha hecho este hombre con Catlauña, se sentiría muy defraudada.
Estamos hablando de que hay políticos que no nos han ayudado, tanto aquí como allí. Ahora ya conocemos todos los casos que están pasando, y no solo políticos, la monarquía no está muy lejos tampoco.
Un gran problema son los bancos. ¿Qué han hecho? Han jugado con el dinero. Con dinero que no existía, con dinero ficticio. Créditos. Daban créditos cuando la gente no tenía estabilidad laboral, y se los daban.
Yo recuerdo perfectamente, y es un ejemplo que he ido recordando estos días con mi madre, que tú ibas al banco y decías “dame 20.000 euros para el coche”.
Y le decías “pues no, dame 25 mil porque le pondré las llantas, el equipo de música y le tintaré los cristales.” Y con el piso igual, “dame un crédito para el piso, pido más porque haré obras” y todo el mundo los concedía, casi nadie decía nada.
¿Con qué nos hemos encontrado? Los bancos se han visto sin líquido. Y encima, les hemos tenido que rescatar nosotros.
Cosa que una empresa creada por una persona, cuando entra en quiebra, nadie le rescata, al contrario, el banco te fusila.
Aquí, en casa, hemos vivido una cosa, mi padre tenía una empresa textil. Era de Mataró y Mataró siempre se ha regido un poco por el tema del textil.
Tuvo una empresa textil que fabricaba ropa para niños. En los años 90, ¿qué pasó con la entrada de los chinos? Que ellos competían a otro nivel.
¿Qué significa? Si tú fabricabas una camiseta sencilla a tres céntimos, o a tres pesetas, ellos la hacían por menos de una peseta.
Era inviable competir con ellos. ¿Crees que el gobierno hizo algo para que eso no pasase y cuidar a la gente de aquí? No.
¿Qué hicimos nosotros? Ir avalando todo. ¿No nos queda dinero? Ponemos la casa como aval en el banco. Los coches, los pisos, los parkings. Un domingo teníamos de todo, el lunes no teníamos ni dónde dormir.
Porque el banco decidió que estabas en quiebra, el juez dijo okay, y se lo quedaron todo.
Ahora es Banco Popular, Bankia, todos están cayendo y les vamos a rescatar nosotros, es una vergüenza de país. Perdona que lo diga. Es una vergüenza por aceptar que, en mi caso, hay 300.000… Te explico mi caso porque lo he vivido en mi propia piel, lo he sentido y ha habido momentos difíciles en esta casa.
¿Estás de acuerdo con que quiebre el banco y tengamos que ayudarle? No. ¿Por qué? Porque como yo, hay miles de personas que han montado empresas y no funcionan.
Y cuántos chavales jóvenes son emprendedores y tienen ideas bárbaras… Con cosas que piensas que solo que haya una persona con cuatro céntimos que le fiche y le catapulte, será brutal. Nuestro país no hace eso.
Hace poco, salió un chaval de diecisiete años de Vilanova i la Geltrú al que la NASA acaba de reclutar. Se lo ha llevado allí con todos los gastos pagados, ¿por qué? Porque ha encontrado la manera de controlar una andrómina en Marte desde la tierra.
En Cataluña, tenemos a gente así para lo que quieras. Y en náutica, podría explicarte mil historias de gente nacida aquí que ha triunfado fuera porque aquí, este país nunca les ha dado ni la más mínima ayuda.
La gran crisis no la hemos provocado nosotros, la ha provocado el poder, el no tener claro cómo se está portando un gobierno. Mientras haya dinero, manga ancha, que dicen. Pero después, pasa lo que pasa.
Y al final, los únicos perjudicados son las personas mayores, ya peligran sus pensiones. Tú y yo, por ejemplo, ya podemos sufrir haciendo planes de pensiones y ahorros, porque a saber si tendremos una jubilación. Tal y como van las cosas hoy en día…
Estas cosas tenemos que tenerlas muy presentes, que el gran culpable no fuimos nosotros. Fueron los bancos y los políticos por cómo lo gestionaron todo. Me he quedado a gusto, eh.
Ahora has mencionado que no hay un apoyo económica para que la gente joven tire adelante sus ideas. ¿Cuáles crees que son las razones de que el paro sea tan alto entre los jóvenes?
Esto es un poco como el pez que se muerde la cola. Yo también he pasado por ese momento. Tú, por ejemplo, terminas la carrera, tres años o cuatro de grado más el máster.
Terminas los cuatro años de grado. Como marino, no eres nada. Tienes que embarcar un año como alumno sin cobrar, sin encontrar barco. Puedes llegar a encontrar a compañeros que han estado dos años intentando entrar en contacto con navieras y no ha habido manera.
Somos un país que no se ha dado cuenta de la importancia del inglés, la gente que triunfa es la que sabe inglés. No es que triunfen, es que es gente que puede empezar a hacer cosas, los que saben inglés. Los que no saben, se quedan muy limitados.
A parte del inglés, también tenemos otro inconveniente. Esta desesperación de no encontrar algo, que realmente has estudiado para ello, te has esforzado mucho, has pasado por el tubo como en todo y te das cuenta de que, ostras, después de todo, ni mi universidad es capaz de ayudarme.
Que no hay recursos. Solo diciendo “Oh, España ha perdido toda la flota española. Eran más de 500 barcos registrados con bandera española, actualmente, no llegan a los 40”.
Hablo de mi sector sobre todo, ¿qué hacen los pobres chavales que no saben inglés? Con los dedos cruzados, esperar a que Balearia les acepte, con unas condiciones pésimas. Y te pasas un año sin cobrar y después, entras como tercer oficial, te machacan por todas partes, con unas condiciones de trabajo durísimas. Esto tiene que cambiar.
Igual que yo, sé que los arquitectos están igual, muchos ingenieros también, médicos, lo mismo. Al final, estas profesiones que son vocacionales, el Estado tiene que entender eso, y darles la máxima ayuda posible.
Y aquí ya me estiro más, pero no puede ser que sean proyectos personales de ciertas personas los que realmente sacarán a la gente adelante.
Por ejemplo, en la facultad no tenemos barco. Pero el nuevo decano está buscando la manera de tener uno, como los americanos. Por ejemplo, en la Universidad de California tienen una embarcación que no es nada del otro mundo. Tiene 150 metros, si no recuerdo mal. Los alumnos, una vez han terminado, embarcan allí durante un año. Salen con un título con el que se pueden ganar la vida.
Imagínate, empiezas la carrera con 18 años, pasas cuatro allí, ya te vas a los 22, y pueden pasar dos o tres sin encontrar trabajo. 25 años. Esta desidia… Al final, hay gente que también se acomoda y dice “mira, yo viviré del Estado como pueda”. Otros no, luchamos para que eso no nos pase, pero es lo que sucede.
Y ¿por qué es tan alto el paro juvenil? Yo sigo pensando que es por falta de ayudas y porque hay veces en que uno tiene que decir “yo tengo que pasar por ser becario, como prácticas, pero con un mínimo.”
No puede ser que me embarque 19 horas sin cobrar un duro, sin poder comer, en condiciones… Que no estamos en el siglo XIX, ¿me entiendes?
En el siglo XXI, todo esto tendría que haber mejorado y parece que cueste hacerlo. Ahora parece que los jóvenes tengamos que pasar por el aro para que nos den el reconocimiento necesario para poder ser buenos profesionales después.
Yo pienso que no, que no va así. Que la juventud tiene mucho más que decir y que con un poco de ayuda, se harían muchos cambios. Yo estuve en 22@, montamos una pequeña escuela de vida de vela y todo eso.
Y realmente, mucha ayuda de 22@ y del ayuntamiento de Barcelona, pero al final, te lo montas tú. Tú tienes que buscarte la vida y que buscar fondos, todo te lo tienes que buscar tú. A lo mejor nunca has hecho un project plan y tienes que hacerlo por primera vez buscando en internet cómo se hace porque esta gente no es capaz ni de ayudarte.
Este es el gran problema. Supongo que hay gente que se frena por esto. Tengo amigos que están muy desanimados y mira, con una pensioncita, el noséqué, el paro, va tirando. Pero claro, esto depende de lo que cada uno quiera para su vida.
A parte de la edad, que es la parte obvia, ¿qué diferencias ves entre tu generación y la de tus padres?
Nosotros lo hemos tenido todo. ¿Qué quiero decir con “todo”? Tú has querido un teléfono, lo has tenido. En esa época, no existían, pero había otras cosas. Y se daban a cambio de que tú te lo ganases.
Por ejemplo, hoy en día, los padres no son capaces de decir que no a sus hijos. Cuesta, no digo que a todo el mundo, pero les cuesta decir que no. O marcar, “hasta aquí, puedes llegar, cariño, pero hasta aquí, no”.
Y hoy en día, parece que esto se está perdiendo, que tenemos que llevar al niño dentro de una burbuja, entre algodones. Claro, lo que provoca todo esto es que a la mínima frustración que sienta el niño, será dificil recuperarlo.
Porque si a ti te han enseñado de pequeño que esto ahora no toca, se tiene que hacer después, con el tiempo, vas aprendiendo que todo tiene su momento, que todo tiene su esfuerzo y que todo es por algo.
¿Cuántas veces, de pequeño, has querido irte y te han dicho “no, no puedes irte porque te toca hacer esto y esto”? “Pero mama, ya lo haré, que no…” Eso es la educación. La responsabilidad, van inculcándote unos valores.
Hoy en día, cuesta encontrar esto. Mi madre trabaja con niños. Estuve con ella una temporada haciendo un cambio de consulta y me quedé un poco atónito de lo que vi.
Un niño puede quitarse los zapatos y subirse en una mesa y tu decir “padres, ¿por qué no le decís nada?” “Es que hoy es el día que no podemos decirle nada.” ¿Cómo que hoy es el día en que no podéis decirle nada? “No, hay un día a la semana en que no podemos decirle nada”. O que te contesten “No, esto no es nada, doctora, a lo mejor ya le habría arañado la pared”. Piensas, bueno, bueno, ¿en qué mundo vivimos?
Era sorprendente. Porque en casa lo he ido escuchando siempre, pero cuando ves que es cada día y unos cuantos pacientes, dices, “ojo, ¿llegaremos a esto?”
Yo pienso que es muy importante que sepamos frenarles. Hoy leía que un niño de 10 años ha apagado el móvil tres días y tenía 14.000 mensajes de WhatsApp. Una cosa de estas, un post que he visto.
Si te paras a hacer la reflexión, ¿crees que un niño de 10 años necesita un teléfono? Con lo bonito que era bajar a la calle y hablar. Ahora sales a la calle y ves a los niños: dos jugando a la pelota y los otros ocho con el teléfono. Las plazas de Gràcia son cada día lo mismo ahora, ocho niños jugando con el teléfono y dos con la pelota. Antes, era todos con la pelota.
O ves a la parejita que se va a cenar y cada uno está con su teléfono. Todo esto nos está cambiando muchos valores y nuestra forma de ser. Nos hace no darnos cuenta de que estamos perdiendo el respeto a las personas, el saber moverse por el mundo y mantener una conversación.
Porque ahora a muchos niños les pasa que vienen y no saber empezar una conversación contigo, o no saben cómo establecer una relación para poderte preguntar incluso. Por ejemplo, os decía que navego con una asociación que ha recuperado barcos de 114 años, que lo que busca es recuperar la vela tradicional catalana.
Este barco, el normal, cuando la gente sube a bordo, niños pasan por la rueda para gobernar el barco. Y hay niños que necesitan que vayan sus padres a preguntarte. Pero no por timidez, sino porque no saben cómo hacerlo.
Pero después, vas hacia el muelle e inmediatamente, “Papá, déjame el móvil”. Pues aquí está el error. Tú no eres tímido, lo que pasa es que esto te está cerrando en banda.
Por un lado, toda la tecnología va muy bien porque niños de menos de un año ya saben usar un iPad y esto les abre mucho la mente. Por un lado está muy bien.
Es lo que decimos nosotros, la diferencia con mi generación como padres y la de mis padres es que la de mis padres sabía marcar más los límites que la de ahora. Esta es la gran diferencia, poner límites. Los puntos sobre las íes, que decimos aquí.