EN | CAT | ES

Mugraff

Entrevistado el 18 de junio de 2017 para la serie documental Catalunya Barcelona.

Pregunta.

Me llamo Bruno, tengo 25 años.

Pregunta.

Mi pasión es el arte en la calle, el arte efímero. La expresión de lo que siente cada uno.

Pregunta.

El graffiti se considera un mecanismo de transgresión y rebeldía. El graffiti es llenar la ciudad de lo que nadie quiere, con el color que a ti te apetece poner.

Y el street art, que es a lo que me dedico yo, es una herramienta más de enriquecimiento personal y no social. Alimentar el ego a través de llenar la ciudad de lo que tú quieres.

Pregunta.

En este momento, entre 2000 y 2006, Barcelona tuvo una fama envidiable a nivel europeo y a nivel mundial

porque venían artistas de todo el mundo. Los barrios más antiguos, el Gótico, el Raval y en los rincones más inhóspitos hacían una obra de arte y la dejaban allí y

pasear por el centro, por el casco antiguo de Barcelona era como ir a un museo y no tenías que pagar entrada. Un museo que se iba renovando y que llamaba mucho la atención

y venía gente de toda Europa a trabajar esta idea hasta que, en 2006, el Ayuntamiento vio que este turismo influenciaba mucho también a los jóvenes que salían a hacer graffitis porque vivían en una ciudad

llena de color, llena de libertad creativa y muchos jóvenes o adolescentes sienten una motivación y atracción por el graffiti, por el vandalismo.

La mayoría de la gente a la que le gusta el street art ha pasado por el graffiti. Ha sido vándalo, ha sentido, ha experimentado y ha llegado a un punto en que decide evolucionar.

Pregunta.

Porque las persianas, los cierres son elementos muy llamativos para el vándalo. Son como los trenes, es algo que se ve

ya que la ciudad está llena de tiendas que tienen una persiana de seguridad y es una buena superficie para ensuciar.

Pregunta.

Montana Colors, NBQ, Fleim, Molotov son marcas distribuidoras de aerosoles, sprays para hacer street art, graffiti o para expresar la creación artística.

Pregunta.

A partir de 2006, el Ayuntamiento de Barcelona desarrolla la ordenanza municipal para intentar frenar un poco la avalancha de jóvenes creadores y de artistas de todas partes del mundo que venían a pintar aquí.

Por muchas quejas y demandas de propietarios de locales, de inmuebles que se han visto afectados por una conducta vandálica que es el graffiti. El Ayuntamiento de Barcelona cogió y metió en el mismo saco al graffiti y al street art

porque lo que sea pintar en la calle, lo que sea poner color no se puede tolerar y asignaron como unos colores para cada barrio. Cada barrio tiene unos colores concretos, una gama de colores.

Los equipos del ayuntamiento que blanquean todos los graffitis ya tienen unas gamas de colores para cada barrio. E hicieron esta campaña a partir del 2006 y se borró todo.

Todo el graffiti y el street art, ya fuese vandalismo u obras de arte o expresiones artísticas, se borró. No se toleraba y no se tolera. Podías trabajar pintando una persiana de un comercio con el permiso del propietario pero

llegaba la policía y te trataba como si fueras un vándalo y te requisaba las latas, te ponía una multa, después, también multaba al propietario y te encontrabas en una situación muy incómoda.

Porque habías intentado hacer las cosas bien y te encontrabas con que te trataban de la misma forma que si estuvieses haciendo algo ilegal y no era así.

Con los años, esta situación ha ido cambiando. Han surgido organizaciones como Wall Spot, Murs Lliures, Difusor, Contorno Urbano, Graphics… Hoy en día, hay muchas entidades que se dedican a promocionar el street art

y a liberar paredes, a conseguir permisos para hacer actos, gente que empieza a moverse para concienciar a la sociedad de que el graffiti es una historia y el street art, otra.

Todos pintamos las calles y todo es artístico. Algunas gustarán más y otras menos pero son igual de respetables. Son expresiones artísticas.

Pregunta.

Me llamo Bruno, más conocido como Mugraf y tengo 26 años.

Pregunta.

Mi pasión es pintar y vivir el color y ser feliz.

Pregunta.

El graffiti se ve socialmente como una acción vandálica, de rebeldía porque no se conoce. Hay mucha desinformación y mucho prejuicio.

Realmente, el graffiti y el street art se consideran lo mismo y son dos mundos diferentes, aunque comparten un mismo territorio.

Pregunta.

Los encargados de decidir si una pieza es un graffiti o street art son los peritos del Ayuntamiento, profesores de escuelas de arte y la sociedad en sí.

Si eres propietario de un comercio y te pintan la persiana y te hacen algo bonito, no denunciarás a quien te lo ha hecho. Te ha hecho algo bonito gratis y tu concepción del graffiti y el street art cambiará.

Porque has dejado de ver las ganas de uno de alimentar su ego y ensuciar tu persiana y tu comercio y verás que alguien se ha dedicado a trabajarlo y a arriesgarse porque está haciendo algo que puede considerarse ilegal

si uno de los peritos del ayuntamiento o un funcionario decide que eso es un graffiti y no street art. Tampoco es evaluable. Desde el ayuntamiento y los funcionarios,

siempre se busca catalogar, generalizar y legislar.

Pregunta.

La precariedad, la ilegalidad, las ganas de hacer lo que no está permitido es una gran motivación de la que el graffiti y el street art forman parte.

Mucha de la gente que empieza haciendo graffitis, vándalos, pintandos trenes, persianas y lo que sea, con el tiempo, si evolucionan y se dan cuenta de que esa herramienta

que han utilizado para alimentar su ego, pueden utilizarla para alimentar su experiencia, su técnica y su enriquecimiento personal. El graffiti deja de ser algo negativo,

deja de ser algo vandálico porque después, hay artistas que venden cuadros, hoy en día. Bansky, por ejemplo. Para algunos, podría ser un vándalo,

para los que no comparten su mensaje y el arte es eso, la dualidad de las dos cosas que forman la complejidad del mundo.

Pregunta.

No existiría. Si el graffiti fuera ilegal, no existiría y, probablemente, el street art, tampoco. La sociedad no tendría la motivación de desarrollar sus herramientas y alimentar su desacuerdo

con las normas establecidas.

Pregunta.

Viví en un momento de mi adolescencia en el que podía sentir, palpar. Con 15, 16 años, vi cómo mi ciudad pasaba de ser un lugar donde me gustaba pasear y perderme porque cada día veía cosas nuevas

a ser un lugar totalmente gris. Un lugar que se había vuelto normal, gris, sin personalidad, sin nada que te sorprenda.

Este crecimiento del gris hizo que muchos chicos de mi edad sintiesen esto mismo. Así, hagamos graffitis. ¿Han borrado todo? Si han borrado todos los que se habían hecho antes

y no quieren seguir, pues nosotros empezaremos ahora y haremos el vándalo y rebentaremos todo, tiraremos pelotas a todo el mundo porque nos han tocado a nosotros y así nacen muchos de los artistas admirados y reconocidos a día de hoy.

Pregunta.

No hay un tema específico que alguien experimente en su arte. El arte es un medio de enriquecimiento personal.

Si llegas a un punto en tu creación en que estás contento y a gusto con lo que haces, harás eso toda la vida. Quizás está muy bien pero como no te exiges más,

ahí te quedas. Para mí, el arte es siempre exigirse un poco más, probar y no conformarse con lo que se ha aprendido. Y repetir, repetir y repetir lo que haces bien.

Experimentar algo nuevo, probar más cosas porque, cuanta más técnica tienes, más personal es tu estilo. Y cuanto más personal es tu estilo, más te reconoce la gente

y la sociedad aunque no hagas muchas obras. La gente se fija en las cuatro cosas que haces porque tiene un toque y esto es lo que hace que la gente te considere artista.

Pregunta.

Es decir, experimentar. Experimentar desde las facultades que han sido concebidas. ¿Mi arte, sin ser visto? Una caricia bien hecha o una canción bien entonada,

o un buen plato, una buena cena. Cada uno entiende el arte según el criterio que ha aprendido, sobre lo que fundamenta su gusto.

Pregunta.

No puedo explicar todo el proceso porque yo lo he pillado a la mitad. Sí que, al principio, era muy difícil conseguir un spray, unos colores concretos.

La gente inventaba cosas para mezclar pinturas y, al principio, lo que llamaba la anteción era el graffiti. Se llevaba el graffiti, el vandalismo puro, la necesidad de

explorar técnicas nuevas y llevarlas a lo imposible. A lo no aceptado. Pintamos en lugares que son de todos.

Mucha gente empezó a buscarse la vida para encontrar distribuidoras de aerosol y a pintar, pintar y pintar porque es adictivo. Es como todo.

Si te gusta el graffiti, te enganchas y no puedes vivir sin pintar, sin conseguir dinero para pagar los sprays para pintar un tren. Sabes que te estás exponiendo. Estás trabajando para exponerte

y es como la mentalidad kamikaze que, con el tiempo, con la maduración, puede evolucionar en un artista reconocido o a un vándalo de edad avanzada que tiene la madurez de un pre-adolescente.

Pregunta.

Los artistas que reconozco son los que me sirven de referente, artistas cuya obra valoro porque me aporta cosas y cada uno valora aquello que le interesa.

Por ejemplo, la gente valora más el realismo y aprecia más un mural donde se vea la cara de un artista famoso, de un músico conocido o de un actor y a otra persona, debido a sus criterios, le puede interesar más

una mezcla de colores, una abstracción, un experimento creativo de alguien que no es conocido. Pero al final, los artistas

se hacen sus referentes. Generas unas referencias que te gustan e intentas avanzar hacia donde han avanzado estas personas.

Artistas conocidos en Barcelona, gente que sigues que son legendarios, El Pez, El Xupet Negre… Aquí, han salido artistas de la calle que son reconocidos mundialmente

y que ahora ya no están en Barcelona. Están por todas partes porque al haber vivido su madurez artística en un lugar tan influenciado internacionalmente

por la cultura de la calle, ha hecho que puedan explotar muchísimo su talento y que les haya ido tan bien como les va.

Pregunta.

Prácticamente todos mis amigos me han influenciado, inspirado y me animan

y aportan todo lo que no soy capaz de aportarme a mí mismo con mi talento o mi arte. Todas las personas con las que trabajo, con las que

proyecto nuevas ideas y busco nuevos trabajos son gente que me ha influenciado e influido y que aprecian su talento de la misma

manera que yo. Y esto me hace crecer.

Pregunta.

Bueno, el arte de la calle es algo efímero. Cuando pintas en cualquier sitio no lo haces para que dure o no, lo haces porque quieres hacerlo.

El hecho de que dure o no dure, si te afecta personalmente, es problema de cada uno. Si haces algo y te sientes mal porque han pintado encima es que no entiendes como funciona.

Hay mucha gente que quiere pintar, que quiere aprender. También hay mucha gente que lo hace muy bien y hay 4 paredes en las que podemos trabajar. Mucha gente se lo toma como una ofensa, como una falta de respeto;

cada uno se lo toma como quiere. Yo considero que es así, hay cuatro paredes, hay mucha gente y muchas ganas de pintar. Es una sociedad que acepta el street art pero

no acepta el graffiti y no puede aceptarse una cosa sin la otra.

Pregunta.

El street art y el graffiti, como cualquier expresión artística, también contempla las pintadas reivindicativas, como puede ser una A de anarquía o una frase de algún filósofo.

Al final, no es cuestión del concepto que quieras expresar, sino del que quieras trabajar. No, todo está ligado al capitalismo

con la necesidad de que los jóvenes salgan a la calle a expresarse, es como la rebeldía. Se puede considerar la anarquía a nivel

creativo, todo es de todos, la calle también es mi casa y pinto donde quiero porque no contemplo estos ideales capitalistas con los que he crecido.

De alguna manera, forma parte de la idea del graffiti pero no es algo totalmente trascendental o fundamental para alguien que quiera expresarse artísticamente en la calle.

Pregunta.

Para mí, el street art, el pintar en la calle es experimentar y hacerlo con lo que tengo, con lo que encuentro y lo que me surje. Las imperfecciones, el hecho de tener

una pintura y dejar el fondo de un color oscuro y se sigue viendo detrás no es algo que me moleste, es algo que no había pensado, algo espontáneo.

Si fuese un proyecto firme, sería un problema pero como mi proyecto no lo es, sino que yo voy a pintar y lo que salga, no tengo ninguna idea en la cabeza. Me adapto a la pared o a la superficie

que encuentre. Me adapto al momento. Y eso es lo que me hace disfrutar más de lo que hago. No voy a hacer una idea premeditada que quiera enseñar

a todo el mundo, no quiero enseñar nada a nadie. Porque me lo paso bien haciéndolo y me quedo tranquilo y creo que aporto algo que no sé explicar pero en lo que la gente se fija. A la gente también le transmite.

No quiero transmitir nada más que la tranquilidad y la paz que me aporta hacer arte efímero, que, seguramente, mañana no estará pero me da igual. No necesito una foto con no sé cuántos miles de likes en Instagram

o que en las redes sociales todo el mundo comente la pared que he hecho yo. Con lo que me quedo es con la experiencia que me llevo

con mi proceso creativo, la evolución de mi técnica, eso es lo que busco. No busco el reconocimiento de mi entorno. Si me reconocen, bien y sino, también. Yo seguiré haciendo lo que hago.

Así que así está la cosa.

Pregunta.

Yo creo que es un sentimiento que compartimos con los creadores de la tierra. La historia que hemos vivido, que han vivido nuestros antepasados y que influye en

nuestra creación. Lo deseemos o no. Nuestra experiencia, nuestras raíces determinan nuestros frutos. Y, de alguna manera, nuestras raíces

es lo que determinan nuestros frutos

y que, aunque no lo tengamos presente, la cultura de los creadores autóctonos está muy vinculada a la experiencia vivida en la tierra también.

Pregunta.

En un pueblo, una minoría cultural ha sufrido represión, con el tiempo, esta experiencia generalizada tendrá que ver con lo que pase.

Y si precisamente aquí, en Barcelona y Cataluña, hubo tanto movimiento después de la Transición, fue, en parte, de influencia política. Hubo mucha represión

cuando parecía que se había acabado y la gente necesitaba sentir más, de una forma más intensa que se había acabado este periodo.

Y una de las formas es esta, saliendo a hacer todo aquello que está totalmente prohibido y penado con la vida. Todo tiene que ver.

Mi experiencia, yo tengo 26 años y explico lo que he visto, pero no lo que he vivido. Cuando un pueblo ha tenido una experiencia en común, la evolución también es común.

Y por eso, la situación del street art y del graffiti en Barcelona es tan peculiar ahora mismo.

Pregunta.

La peculiaridad del graffiti y del street art en Barcelona es que, desde hace un tiempo, ha sido una capital del arte en la calle, algo totalmente insólito,

desconocido, que la gente lo veía pero no lo entendía. Y, el hecho de querer regular todo tanto, unas paredes que sean legales, otras que no,

el sentimiento sigue siendo el mismo. Pero, desde las autoridades, se intenta hacer un trato más amigable o ser un poco menos condescendiente, más liberal.

La peculiaridad de Barcelona es que ahora se encuentra en un momento de intentar reavivar las cenizas de haber sido una capital del arte urbano. Poco a poco, se van legalizando más muros,

se dan más permisos para pintar paredes más grandes. El ayuntamiento se implica más en gestionar permisos y facilitarle a un artista reconocido pintar una pared enrome.

Un lugar concreto puede ser bueno para la gente también. Barrios marginales donde hay mucha pobreza. Dar un impulso creativo, un empujón a la creación, lo considero muy positivo.

Y en este campo es donde contemplo la peculiaridad de Barcelona.