Enric Cobo
Entrevistado el 24 de julio de 2017 para la serie documental Catalunya Barcelona .
Soy Enric Cobo. Soy jefe de los archivos del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña.
Nací en Barcelona. De hecho, mi familia vino de Lérida a finales de los años 60 y, con el proceso de migración interna de Cataluña, llegué a Barcelona.
De hecho, yo nací durante el primer año de traslado de mi familia a Barcelona y, después de mi nacimiento, nos instalamos en Cerdanyola del Vallés.
Bueno, Primo de Rivera es uno de los personajes que actuó de la forma más contundente contra lo que era un movimiento social y nacional
que, a finales del siglo XIX, empezaba a expresar la voluntad de Cataluña como un país, una nación que quería tener una identidad propia.
Primo de Rivera fue uno de los autores de parar todo este proceso de búsqueda de lo que era la identidad catalana.
La Segunda República es uno de los momentos políticos más importantes de la historia de Cataluña. Significa el final
de todos los movimientos sociales y políticos de identidad que, juntamente con toda la sociedad española, pedían una democracia más viva, un sistema político igualitario
y donde los movimientos de izquierda también reivindicaban una presencia más importante de las políticas sociales y también de las identidades de las diferentes naciones o partes del estado español
que, hasta entonces, había sido un estado muy cerrado y que, repetidamente, hacía acciones en contra de una evolución de apertura de las políticas más de carácter social y de respeto a la diversidad de diferentes componentes
que las clases conservadoras decían en el estado español.
La guerra civil fue uno de los callejones sin salida, uno de los golpes más duros para toda la sociedad catalana, para toda, ya fueran de derechas o de izquierdas. De hecho, mi familia
viene de una zona que vivió todo lo que fue la retirada de las tropas republicanas, todo el avance de las tropas del régimen franquista con todas las represalias que esto comportó.
Mi abuelo me explicaba… Mi familia es de un pueblo llamado Figols de Tremp. Para que nos hagamos un poco a la idea, Figols de Tremp es un pueblo que tenía 100 habitantes en su máximo esplendor,
no más. A finales de los 60, con la despoblación, llegó a tener veinte habitantes. Pero, en los momentos en que se produjo la guerra civil, era un pueblo muy cercano a las montañas del Pirineo
y una zona de paso de las tropas de Aragón en Cataluña. Entonces bueno, todo lo que sería la sociedad estaba implicadísima con este movimiento. Mi abuela fue profesora de la república,
estuvo ejerciendo como profesora durante la república en Lérida por un tiempo, donde se sacó la licenciatura. Después la trasladaron, ya más adelante, a un pueblo del Pirineo.
Entonces, lo que supone en ese momento del final de la guerra, el paso de las tropas provocó que, dentro del pueblo que tenía, probablemente, 60 – 70 habitantes en ese momento,
hubiera divisiones internas. El paso de las tropas provocaba que las familias tuvieran que ir a la montaña y que esconderse en función de qué tropas venían. Porque la retirada fue violenta,
el paso de las tropas franquistas también fue un paso muy duro en el que había acusaciones, había expedientes que justo ahora han salido a la luz. Expedientes sumarísimos, en algunos casos,
de denuncia infundada contra personas. Aquí conocemos los expedientes sumarísimos más importantes de grandes ideólogos políticos pero tenemos que contar que, en cada población de Cataluña, había acusaciones
interesadas contra personajes que habían tenido una importancia durante el periodo de la república. Por lo tanto, la guerra civil supone una ruptura muy dura, muertos
y situaciones, en algunos casos, irreconciliables. Desde el punto de vista personal, la familia, mis abuelos, todos viven en un pueblo de montaña con unas propiedades que tienen que esconder durante un tiempo por las idas y venidas de las tropas.
Y podían tener serias represalias y, a partir de 1940, una vez acabada la guerra, intentan recuperar sus vidas. Una vida que tarda muchos años en recomponerse porque hay muchas, muchas cargas, no solo sentimentales sino cargas ideológicas respecto a lo que había pasado.
De hecho, mi madre todavía piensa en esos momentos como si se pudieran volver a reproducir porque fueron 30 o 40 años de verdadera denuncia a los que eran los líderes políticos que habían perseguido en la guerra civil.
¿Cómo era la república? Una vida mucho más abierta, mucho más social y con una facilidad de expresión y de libertades que la guerra civil cerró absolutamente.
Por lo tanto, mi familia se ve obligada, en algunos casos, a refugiarse entorno a las montañas más cercanas hasta el paso de las tropas. Recupera su actividad durante los años siguientes,
se dedica a la agricultura. Era un pueblo de montaña. Ramadería, agricultura. Hasta que, a finales de los años 60, la crisis económica y agraria que se produce en Cataluña y alrededor del estado español
provocan que, como mi abuela era maestra, se tengan que trasladar a Barcelona. Y, en este sentido, Barcelona se convierte en el punto de acogida de la migración interna de Cataluña y también de la externa que venía de otras zonas como podían ser
Andalucía, Extremadura, Asturias, etc. Y, evidentemente, cuando la familia llega a Barcelona, se encuentra en una ciudad muy diferente de lo que era un pueblo del Pirineo. Se instalan. Mi abuela es maestra, mi madre es maestra,
mi abuelo también es maestro, mi hermana es maestra; todos son maestros. Y situan su modus de vida alrededor de lo que era la enseñanza.
En los años 60, principios de los 70, todavía está muy imbuido por la literatura de la propia dictadura, es decir, se enseña en castellano, no hay un respeto por lo que son las propias tradiciones
y la lengua. Pero, a partir de los años 80, empieza a cambiar y se empieza a incorporar una enseñanza en catalán, una recuperación de los elementos propios de Cataluña y nos llega a través de una escuela
que, al menos hasta ahora, es catalana y promueve el aprecio y el estudio de la lengua y de nuestras costumbres.
Los principios de Barcelona, y con esto echamos un poco atrás en el tiempo. Barcelona era uno de los poblados que, como otros lugares de Cataluña, tenía pequeños poblados de lo que eran lo que
nosotros denominamos poblados íberos. Estaban los layetanos, que eran las tribus que tenían diferentes ubicaciones en Barcelona. Hay algunas discrepancias pero apuntaríamos que había un grupo
de estos layetanos que se acercó a través de un núcleo que llamamos Barcino. A partir del siglo I, una vez se estabiliza toda la situación en Roma, debemos recordar que el Imperio Romano había atravesado las tierras catalanas
para acercarse o dirigirse hacia las batallas con los cartagineses. Por lo tanto, conocían todo el arco mediterráneo de forma muy clara. En el siglo I, una vez se estabiliza toda la situación política,
lo que hacen los romanos es comenzar a estabilizar todo lo que, hasta ese momento, eran pequeñas colonias. Los romanos habían creado todo lo que era la Via Augusta, que conectaba todo el arco mediterráneo hasta llegar al norte de África.
Es, aproximadamente, en el siglo I cuando los romanos deciden que estas colonias se conviertan no bien bien en ciudades como las conocemos ahora pero sí que en establecimientos mucho más consolidados.
Y este es el caso de Barcelona. Barcelona, de hecho, se consolida a través de una colonia que llamaban Colonia Julia Augusta Faventia que, finalmente, acaba siendo reconocida por el nombre de Barcino.
Por lo tanto, era una colonia con el nombre de Iulia Augusta y que había sido elaborada a partir de estas campañas hechas por los cartagineses para evitar, en este caso, ser conquistados.
Las tropas romanas querían asegurar este territorio. Por lo tanto, en el siglo I, una vez todas estas zonas, poblados o pequeñas colonias se están colonizando, los romanos ven que es necesaria una protección
que sitúan alrededor de una muralla que construyeron en Barcelona con un núcleo que ahora tenemos, más o menos, en el centro del barrio, la Catedral, la Rambla.
Tenía, más o menos, mil metros de perímetro con unos yesos de metro y medio o dos metros. Esto perdurará en el tiempo mientras el Imperio Romano tenga tanta fuerza.
¿Qué pasa? Al final del Imperio Romano, con la llegada de los Visigodos y de todas las otras influencias, la muralla se queda pequeña. Más que una muralla, se queda en un cúmulo de colapso de lo que era la circulación de personas. También se convierte en un punto conflictivo en elementos como la higiene
o la sanidad, que hacían que la muralla no permitiera la apertura a la ciudad y, a partir del siglo V o VI, empiezan a derribar partes de la muralla. De hecho, muchos edificios aprovechan esta muralla para construir nuevas viviendas.
Por lo tanto, la muralla cae por la propia presión de la sociedad. Cada vez necesitan más espacio. Ya no es tan importante tener una muralla de protección porque ya no es un punto de conflicto
y deciden derribar las murallas progresivamente, no a gran escala, pero sí para urbanizar todo lo que sería el entramado del centro de la Barcino Romana.
Esto perdurará hasta el siglo XII o XIII, cuando se promueve otro nivel de murallas mucho más amplio, más grande, que forma parte de estas murallas medievales modernas.
El objetivo era diferente. Ya no es una ciudad romana que deba protegerse. Es una gran ciudad que se tiene que proteger a mayor escala de posibles ataques, de posibles invasiones desde el punto de vista de que es en la Edad Moderna y yo diría que, incluso hasta la primera parte de la Edad Contemporánea.
Fue una muralla de protección mucho más grande. La muralla romana llega a su fin porque la propia presión de la sociedad hace que la muralla sea innecesaria. Por lo tanto, se aprovecha una parte y el resto son engullidas
por la propia dinámica de crecimiento de lo que sería la Barcino Romana.
Bueno, la exposición de 1888 es un hito histórico para Barcelona. Es un hito que realmente promueve Barcelona a nivel mundial.
Debemos pesar que las exposiciones universales diría que empiezan a partir de 1850. La primera fue en Londres. Hicieron en París, en Amberes, diría que en Filadelfia también y después en Barcelona, en 1888.
Es una exposición universal que intenta mostrar los grandes eventos al mundo, los grandes descubrimientos científicos que se habían producido. El principal es la incorporación de la electricidad en la sociedad urbana, es muy conocido,
pero en la vida económica también. De aquí la iluminación de las fuentes de Montjuic, por ejemplo, fueron uno de los elementos clave y, por lo tanto, fue una exposición que trajo alrededor de 400.000 personas a Barcelona
en un año en que ni los medios de transporte, ni los sistemas de comunicación eran para nada importantes. Eran muy complicados y, probablemente, dificultaban este traslado.
Dicho esto, la exposición aparece en un momento en que había finalizado un periodo de conflictos sociales importantes. Recordemos el trienio de los años 60 en el cual hubo una verdadera revolución liberal
que ponía en tensión al sistema monárquico, el sistema más liberal que no estaba de acuerdo con algunas políticas más conservadoras. Pasados unos 10 años, después de esta importante confrontación,
lo que se produce es una exposición como punto de encuentro de lo que era la monarquía constitucional conservadora, por supuesto, y quería bucar alianzas en el sector catalán
más conservador. Se encontró con la burguesía catalana con el espíritu de buscar, en esta exposición universal, un punto de encuentro para poder fomentar la visión internacional de Barcelona
y, evidentemente, la monarquía constitucional, de rebote, se aprovechó de eso para demostrar que también trabajaba a favor de Cataluña. Esta fue, un poco, la base del gran debate que se estaba proyectando.
Por un lado, se proyectaban proyectos de gran recorrido científico. Se reunía a personalidades de todo el mundo, se proyectaba Barcelona y, a cambio, se hacía un pacto con una monarquía constitucional que, años atrás, había sido bastante dura y, en muchos casos, había tomado represalias contra
lo que había sido la Cataluña más liberal con más demandas sociales y políticas. La controversia viene un poco por eso. Es decir, por un lado, salimos de una época con bastante tensión entre el estado y la monarquía.
En la exposición, se intenta llegar a un acuerdo para acercar posturas. Hay un sector de la población que no reconoce esta alianza y, por lo tanto, la tensa porque no la cree suya.
Es verdad que con el tiempo, cien años después, se ve como una primera gran exposición universal en Barcelona que genera conocimiento, genera impacto internacional y así, la oportunidad de aplicar uno de los inventos más importantes del mundo, como es la electricidad.
Barcelona también estaba preparada para aplicarla.
El Palacio de la Generalitat es una de las instituciones más importantes, no hace falta decirlo, y más claves de Cataluña. Es la sede del gobierno actual de Cataluña y, por lo tanto, es una de las instituciones que tiene una historia más consolidada.
Debemos pensar que el Palacio de la Generalitat de Cataluña es uno de los pocos edificios medievales que todavía son sede de un gobierno en Europa. Por lo tanto, es un edificio que no solo tiene historia, sino que también tiene tradición, tiene unas instituciones detrás que la han hecho muy singular.
El Palacio de la Generalitat es un edificio que, diríamos, es representativo de la arquitectura renacentista catalana, está en la Plaza Sant Jaume, está, verdaderamente, en la parte más antigua de Barcelona.
Es un espacio en el cual han gobernado muchos presidentes; desde el que sería el primer presidente en 1359 que sale de las Cortes de Cervera. En las Cortes de Cervera, en el documento que damos por cierto en un archivo del Departamento de Cultura, y por lo tanto, es un documento muy interesante,
se resumen las primeras Cortes. Las Cortes que definen al primer presidente y, por tanto, le otorgan, con esta presidencia, la necesidad de disponer de un espacio, de un palacio en el cual se instaure el gobierno.
Este palacio es el Palacio de la Generalitat. Se adquiere por parte de la Generalitat, yo diría, en el año 1400. De hecho, la compra de este espacio es a un conocido comerciante de Barcelona.
La compra la hacen los tres brazos de lo que eran las Cortes: el brazo militar, compuesto por nobles; el brazo eclesiástico, por miembros de la iglesia y el brazo del pueblo, digamos, que no era exactamente así, era el brazo del pueblo pero del sector privilegiado del pueblo.
Estos representantes de los tres brazos son los que compraron el edificio como futura sede de la Generalitat de Cataluña. Entonces, esto pasa en 1400, pues, desde ese momento hasta ahora,
ha sido el lugar donde se han instalado todos los presidentes de la Generalitat, desde donde los presidentes han elaborado sus políticas. Es un palacio reconocido, tanto desde el punto de vista arquitectónico
como lo que sería el simbolismo de Cataluña como nación, como un espacio con identidad propia, con su lengua y referente de los acontecimientos más importantes.
Por ejemplo, la proclamación de la república de Francesc Macià el 14 de abril de 1931, proclama la república desde el Palacio de la Generalitat y, digamos, con una línea diferente a
todas las celebraciones. De hecho, tanto el Barça como otros equipos de fútbol o entidades las han llevado a cabo desde su balcón. Esto es identidad. Es un palacio que dá referencias a nivel político,
a nivel social, pero también ha sido un referente a nivel deportivo de mostrar todo lo que también es importante para todos los catalanes. Por lo tanto, es un espacio del gobierno, de la presidencia del gobierno y que es la principal institución que
promueve y vela por toda la nación catalana.
Sí. De hecho, es una de las historias un poco desconocidas de Barcelona porque, de hecho, la franja del litoral de Barcelona era muy distinta a principios del siglo X, por ejemplo. Era un frente litoral que
abrazaba lo que actualmente conocemos como Palacio del Mar, la Estación de Francia. Había un pequeño islote en la zona que ahora conocemos como Barceloneta unido por un pequeño y fino trozo de tierra.
No era exactamente una isla, sino que era un espacio de tierra que tenía una conexión de tierra muy pequeña. A partir del siglo XV, se desarrolla lo que era el primer gran proyecto de puerto marítimo en Barcelona.
Incluso se le encarga a un ingeniero genovés muy importante, Anastasi Alexandria, y que proyecta lo que sería el puerto de una gran ciudad y que debía ser uno de los puntos de referencia para las comunicaciones en el Mediterráneo.
Especialmente pensados para lo que era el transporte de mercancías, no solo de personas. De hecho, el puerto de Barcelona nace, de alguna manera, en el sentido de ser un punto de transporte de mercancías a nivel Mediterráneo
durante estos años del siglo XV. Entonces, algunas de las cuestiones que se proponen es empezar a construir dentro para poder hacer todo lo que era que toda la profundidad del agua permitiese que los barcos pudieran entrar sin ninguna dificultad.
Esto sucede alrededor del siglo XV. Va evolucionando, estos muelles provocaron que la línea de la costa avanzase hacia el mar, es decir, que se fuera comiendo un tramo de mar hasta el punto que llega con toda la propuesta de la construcción de la Ciudadela
como una gran fortaleza, un gran espacio, en este sentido. En este caso, el rey Felipe V traslada a todos los pescadores del conocido barrio de la Rivera a lo que, actualmente, sería el espacio de la Barceloneta.
Lo urbaniza y se lo dá a unos trabajadores que ya estaban muy vinculados a lo que sería el mundo del mar y, por tanto, se podían poner en una línea frontal del mar y especializarse en ese tipo de construcción o de negocio, en este caso.
Una de las cuestiones curiosas de este tema es que la Barceloneta se convierte, a partir de ese momento, en un barrio de proximidad marítima. Ya nadie recuerda que la línea de la costa estaba unos cuantos centenares de metros atrás
y lo que actualmente es la Estación de Francia, la Ciudadela, el Pla de Palau son lugares actualmente distantes a lo que es el frente marítimo de la Barceloneta. Por lo tanto, se establece un lugar que gana al mar.
Se establece un barrio nuevo, uno singular por su orientación económica, muy vinculado a lo que era el mar, a la pesca pero también a las relaciones que el mar comporta y la Ciudadela se establece como otro
perfil de barrio muy vinculado a lo que era la construcción defensiva con grandes connotaciones y que después tendrá un papel principal con todos los procesos bélicos de 1714,
no hace falta decirlo. Lo que se constituye en ese momento ya es una gran fortificación para ser un punto de avance en lo que después serán las Guerras de Sucesión.
El Palacio Real es un edificio novecentista, construido en el siglo XVII y, de hecho, es un espacio muy singular de Barcelona. Es un espacio que ocupa 30.000 m2. Es novecentista
pero una de las grandes virtudes del Palacio de Pedralbes es su gran jardín. Tenemos que pensar que es un edificio y que todo lo que es el diseño de los jardines está creado por el arquitecto Joan Martorell pero también por Antoni Gaudí,
y, por tanto, genera toda una confluencia de estilos que se basan en el novecentista y proyectan lo que es un palacio de finales del siglo XVII, un palacio que quiere tener unos jardines parecidos a lo que había sido los jardines de la Francia de Luis XVI
y de otros reyes franceses donde los palacios tenían grandes espacios ajardinados alrededor para poder disfrutar de paseos, etc. El caso de Pedralbes no es diferente. Pedralbes es adquirido, finalmente, por el Conde Güell, el mismo Conde Güell que después también adquirirá el Palacio Moja y otros edificios relevantes de Barcelona.
Y lo hace con la voluntad de ser un espacio de vida pero también un espacio de ocio en sus jardines. Tenemos que pensar que, actualmente, en Barcelona, se organizan muchos actos en los jardines de Pedralbes, muchos conciertos,
y, por tanto, es un espacio muy amable para hacer actos. Es un palacio, como he dicho antes, que tiene 30.000 m² de jardines. La figura de Antoni Gaudí es muy importante porque deja su marca en algunas de las esculturas, especialmente en algunas esculturas de forja
que hay en los diferentes espacios del jardín y los cuales representan, fundamentalmente, espacios y entornos escultóricos vinculados a lo que es la vida mitológica, la vida animal y también a la vida más vinculada a los jardines
y a su referencia de la cotidianeidad de lo que era, en ese caso, la vida del bienestar barcelonesa de finales del siglo XVII y del XVIII. Por tanto, es un palacio donde se situa una clase noble, una clase que ya adquiere propiedades en Barcelona.
Lo hace de una forma bastante amplia y compran palacios en el centro pero también a las afueras y los situan como grandes propiedades para su disfrute y sus negocios. Es un palacio que también ha tenido mucha vinculación
con lo que es la monarquía. Era un palacio que utilizaban los monarcas españoles en el siglo XX para hospedarse cuando venían a Barcelona.
Y, por tanto, también ha sido un palacio que ha tenido y ha recibido a nobles, a la aristocracia y a los grandes burgueses de las sociedades catalana y española del siglo XIX y, sobre todo, del siglo XX.
El Palau Robert es un palacio que está arriba de todo del Paseo de Gracia, justo tocando con la Diagonal. Es un palacio que, de alguna manera, representa el valor del propietario que era Roberto, el señor Roberto. Por lo tanto,
un palacio hecho con toda la voluntad de mostrar lo que, como gran propietario, como gran negociante, había adquirido en el contexto de su producción económica.
Debemos pensar que, por ejemplo, algunas de las palmeras que están dentro del jardín del Palau Robert son de la propia exposición universal, es decir, quieren hacer un palacio que reproduzca lo que es el mundo americano.
Es decir, este comercio que se estaba incentivando en toda la América del Caribe y, por tanto, intenta reproducir un gran caserón con muchas orientaciones a lo que serían las propiedades del Caribe.
Incluso llevan palmeras y otra decoración que es muy propia del mundo caribeño y de este contexto. Por tanto, es una manera de representar simbólicamente a los grandes propietarios de grandes empresas, grandes negocios
de América. Ellos estaban haciendo negocios en América. Llevaban esos elementos que les podían dar cierta personalidad y se instalaban en el centro de Barcelona.
El Palacio de la Virreina es una de las construcciones más singulares de la Rambla, es una construcción que es, digamos, de un estilo rococó, un poco cargado
y una de las características principales es que se denomina Palacio de la Virreina porque fue un palacio que mandó construir el que era Virrey de Perú en la parte colonial del estado español que el Imperio Español tenía en la época.
Era un personaje muy conocido llamado Virrei Amat. Entonces, de alguna forma, este personaje viene a reproducir a Barcelona, o a querer fijar un gran palacio en el centro
que le dignificara como el gran virrey que había estado en Perú. Desafortunadamente, no pudo hacer muchas estancias porque murió y fue su mujer quien se hospedó en este palacio durante mucho tiempo.
Por eso es conocido por el nombre de Palacio de la Virreina, y no del Virrey. El Virrey lo mandó construir pero quien perduró en el tiempo fue su mujer, la viuda que fue virreina y que estuvo viviendo en el palacio durante años.
Es un centro que, actualmente, es propiedad del ayuntamiento de Barcelona y se utiliza para diferentes actividades de difusión de fotografía y es la sede del Instituto de Cultura de Barcelona.
El Palau Moja es un palacio que está situado, prácticamente, tocando la Rambla de las Flores en Barcelona y es un palacio construido en el 1784. De hecho, se empezó a construir en 1777, más o menos, y
estuvieron casi diez años construyéndolo. Es un palacio que el Marqués de Moja encarga construir, por eso se llama el Palacio Moja, era una familia que venía del Maresme y
que, a finales del siglo XVI, se quieren instalar en el centro de Barcelona y aprovechan un espacio que empezaba a ser una zona de crecimiento. Tenemos que pensar que, en esta época, La Rambla empieza a urbanizarse, empieza a ser una rambla que ya no es una riera, es un espacio en el que
se abren las puertas de la muralla, la gente puede tener comunicación, se construye toda una estructura comunicativa con diferentes calles alineadas y, por tanto, esta familia noble del Maresme se instala
en lo que es el Palacio Moja. Hace unas obras y, cien años después, más o menos, el último descendiente de esta familia muere sin descendencia. Entonces, hacia 1870,
cuando el marqués, la familia Güell, que era una familia nobiliaria, emparienta a su hija con el marqués de Comillas, un nuevo rico nacido en Cantabria que tenía un gran poder económico y grandes contactos con la España más aristocrática
y, por tanto, esta alianza permitió que un nuevo rico, alguien que tenía importantes cargos y que creaba una compañía transmediterránea con su versión del siglo XIX,
se empariente con una de las hijas de los Güell y, por tanto, establecen su sede en este palacio. Un palacio que, como puede verse, tiene decoraciones muy, muy cercanas a lo que son
todos los viajes que estaba haciendo por todo el mundo con esta compañía que tenía el Marqués de Comillas. Tenemos que pensar que los antecedentes de la transmediterránea
eran una flota de naves que iban desde África hasta América, España a América, dedicado al comercio entre muchas otras actividades. Tanto es así, que muchas de las pinturas que acaban siendo las más presentes del Palacio Moja tienen
que ver con América, con este contacto con un nuevo mundo, con estas relaciones comerciales. También, las pinturas son de Francesc Pla, por eso le llaman el vigitano, era un hombre que venía del centro de Cataluña
y son las pinturas principales de lo que es el salón principal, el salón vigitano, pero después, también hay aportaciones de diferentes escultores, de diferentes pintores que se incorporan a este estilo, a este palacio, todo su conocimiento.
El palacio se divide en una zona de entrada que permite la entrada de los carruajes, permite la subida por una escalera noble de mármol hasta la primera planta, donde están los grandes salones que eran utilizados, fundamentalmente,
para las relaciones sociales. El salón vigitano es el salón donde se hacen las grandes recepciones oficiales, se hacen actos de negocios, banquetes, bailes y se invita a toda la burguesía catalana pero también a toda la aristocracia española
para que así, se pudieran proyectar los negocios. El Palau Moja tiene, en esta primera planta, otros espacios como el salón rosa, el salón azul, el salón verde; espacios que complementan la actividad del palacio. Tenemos que pensar que
el Marqués de Comillas era una persona que viajaba al estranjero, su negocio era, fundamentalmente, todo lo relacionado con el transporte marítimo y, en uno de estos viajes, se lleva o se hace acompañar por su sacerdote de confianza
que era Jacinto Verdaguer. Es uno de los poetas más trascendentales de la historia de Cataluña y de la literatura catalana y aprovecha, en uno de estos viajes,
que eran viajes de gran recorrido porque tenemos que pensar que podían estar embarcados cuatro, cinco o seis meses. Aprovecha estos viajes para redactar su novela Atlántida. Esta novela la hacen porque, en los barcos, el tiempo que tenía para pensar, para reflexionar,
le permite redactar, escribir, una de las obras más célebres de la literatura catalana. Cuando vuelven de estos grandes viajes, Mossen Cinto Verdaguer se instala en el Palau Moja, hace de este palacio su
estancia y se instala en un espacio que le permite visualizar la Rambla y dar todos los servicios religiosos a la que sería la familia del Marqués de Comillas, entre ellos, su mujer,
la heredera de la familia Güell y a ofrecerle toda su confianza como sacerdote de la familia. La situacion se vuelve más compleja progresivamente porque Mossen Cinto tiene algunas,
digamos, situaciones poco elegantes con el que era su propio marqués, que era quien proporcionaba todos los servicios. Mossen Cinto era una persona de carácter muy fuerte, una persona con cierta
voluntad de ofrecer limosna a los pobres. Tanto es así que él gestionaba parte de la fortuna del marqués para ofrecérsela a los pobres que estaban por esa zona.
Finalmente, después de unos cuantos años, el Marqués de Comillas, por diferentes motivos, decide que el personaje de Mossen Cinto en ese palacio pierde un poco su razón de ser y,
finalmente, el marqués, juntamente con el obispo de Barcelona, deciden proponerle a Mossen Cinto que se vaya a un retiro espiritual a otra zona de Cataluña. El motivo, y esto es algo que debería contrastarse bien, es que
Mossen Cinto era una persona que había empezado a hacer todo un recorrido de exorcismos y, por tanto, esto tensaba mucho la relación con los marqueses y con el resto de la familia y, por este motivo, decidieron prescindir de sus servicios,
ofrecerle la posibilidad de ir a otro sitio para poder hacer su reflexión espiritual. Y, por tanto, este fue el final de una historia que fue muy interesante durante unos años porque permitió que uno de los poetas más importantes de nuestra historia
pudiera absorber todo lo que era la inspiración a través de unos viajes, conocer nuevos mundos de reflexión y, en el contexto de este palacio, ser una persona de referencia para la sociedad que había en ese momento.
Los ateneos libertarios son una fórmula muy interesante de relación social, antes de todo. Es un modelo de relaciones sociales que permitió, durante muchos años, poner muchas de sus aspiraciones en el contexto de la sociedad,
esto, la dinámica política era imposible que lo permitiese, la actividad política no era la actividad propia de la sociedad sino de una clase social muy determinada, especialmente antes de los años 70 y 80,
por supuesto. Era una manera de apostar por la suma de las voluntades sociales y, entonces, los ateneos libertarios recogían esta demanda social, la hacían suya y la promovían.
Esto, evidentemente, durante una época, les generó muchos compromisos con el sistema y el régimen establecidos. Pero fue una forma de ver el contrapunto a las propuestas políticas conservadoras que se fueron estableciendo durante muchos años. En la actualidad, de hecho, lo que representaría un ateneo libertario…
Hay formas actuales que podrían ser muy contemporáneas en esta figura. Fórmulas de asociacionismo popular que nacen de la voluntad del pueblo y no de la voluntad política.
De alguna manera, esto sería un resumen de lo que un ateneo libertario proponía en su momento. Es otra forma de proponer la actividad social, económica y productiva a lo que ahora algunas plataformas sociales o algunos entornos o asociaciones proponen.
Que la política no se haga desde arriba, sino que se haga desde abajo, desde la voluntad de la sociedad.
A finales de los años 60, cuando el régimen franquista, de alguna forma, veía su fin, en Cataluña, se produjo un fenómeno muy común en otros espacios, no solo del estado español, sino también de Europa.
Es la pérdida de la capacidad productiva de la agricultura, de todo lo que era el sector vinculado al mundo de la agricultura, de la ramadería. Esto provocó que muchos espacios rurales que habían podido subsistir, más o menos, de forma precaria,
vieran que era imposible continuar con su actividad productiva. Con esto, juntamente con lo que era el crecimiento de la actividad industral, de alguna forma, centrado en Barcelona y en su área metropolitana,
provocó indiscutiblemente una avalancha y una emancipación de toda esa mano de obra que, hasta el momento, tenía su actividad económica en el sector de la agricultura; le hizo buscar otras formas. Esto fue,
en algún caso, fruto de grandes procesos migratorios de Andalucía u otras partes de España. Nos fijamos mucho en todo lo que es la migración del sur de España pero también hubo muchos procesos migratorios provenientes del norte de España
y también de dentro de Cataluña. En Cataluña, una parte muy importante de lo que, actualmente, es la demarcación de Lérida, también de Tarragona, busca, principalmente, en Barcelona un espacio de migración
para poder sobrevivir a una situación que era económicamente insostenible. La bajada del precio de los productos agrarios, la competencia con otros países que generaban una producción extensiva enorme y provocaban que la producción local fuera poco competitiva.
Y, por tanto, un desplazamiento a las grandes ciudades. Esto quiere decir que muchos de los municipios se quedan, progresivamente, con muy pocos habitantes, queda, prácticamente, despoblado. Entonces, la gran ciudad hacía que, ya no solo Barcelona,
sino que su área metropolitana fuera creciendo exponencialmente. Tenemos que pensar que Barcelona tiene 11 km de longitud, aproximadamente, y unos 10 km de distancia entre el mar y la montaña. Por lo tanto, esta presión demográfica de la inmigración provocó que, principalmente, la zona del Vallés Occidental y del Baix Llobregat
se incrementara sustancialmente con un tipo de migración interna de Cataluña pero también externa, buscaba, en el nuevo entorno económico, la manera de sobrevivir.
En el ámbito personal, mi familia viene de Lérida, de Tremp, de Fígols de Tremp. Deja la actividad productiva de la agricultura y se centra en otra actividad que se había convertido en básica para mi abuela
que era la docencia. Ella era maestra, una profesión que, en esos momentos, en el Pirineo, estaba absolutamente representada de forma minoritaria
porque quien era maestro en un municipio de 80 a 100 personas, en uno de 20 personas, no tenía sentido. Por lo tanto, tuvo que coger a toda la familia y trasladarse a Barcelona.
La actividad principal ya no fue la de mi abuelo, la del pater familias, no sé si la expresión es correcta, sino que la actividad secundaria era la de mi madre, que era maestra y, por lo tanto, con eso podía asegurarse un sueldo y un trabajo estables
en Barcelona. Mi familia se traslada primero a Barcelona y después, se localiza en lo que, actualmente, es Cerdanyola del Vallés. Es allí donde desarrolla su actividad como maestra de una escuela pública y, a partir de aquí, la familia va creciendo. Los hijos acaban siendo
dos maestros y los nietos también. La actividad se centra en lo que es la línea de la enseñanza como base productiva de la familia. No pierde las raíces en el espacio de origen y, esto es muy importante, no se pierden las raíces con el pueblo que te ha visto vivir durante los últimos 100 o 200 años.
Sin embargo, la actividad se concentra en la gran metrópolis. Esta gran metrópolis tiene que dar acogida a millones de personas que, hasta ahora, vivían y tenían costumbres muy distintas. Esto, de alguna manera, también es la gran virtud de Barcelona. Esta mezcla, esta capacidad de unir
a diferentes personas que llegan de fuera con objetivos vinculados, principalmente, a la subsistencia. Después, todo se estabiliza, todo mejora. En los años 80 y 90, la democracia va mejorando lentamente y la vida económica hace que estas familias ya consolidadas tengan su núcleo de vida
en el área metropolitana de Barcelona y que, en muchos casos, no pierdan las raíces de su pueblo de origen que es el que les vio crecer y donde han estado viviendo por muchos siglos.
Cataluña es un país con una gran tradición a la hora de poner por escrito esas cosas que han hecho sus habitantes durante muchos años. Tenemos que pensar que un sistema de archivos
no es más que eso, es un sistema, es un conjunto de archivos e instituciones que velan para que todo este patrimonio documental esté bien conservado en forma de archivos.
El sistema de archivos permite que estos documentos no solo se guarden en estos espacios, sino que también sean accesibles para cualquier ciudadano. Tenemos que pensar que lo que hacen los archivos de este país es guardar los documentos para darles acceso y difundirlos y que sean conocidos por los ciudadanos.
Nosotros basamos nuestra historia en documentos, la historia de Cataluña se explica en documentos muy singulares. Desde las Cortes Catalanas que están identificadas y escritas en documentos,
hasta cualquier acto de cualquier municipio, hasta cualquier protocolo notarial. Cualquier documento que los archivos de este sistema pueden enseñar muestran esta historia. Por lo tanto, si decimos que Cataluña es un país que tiene mil años
u ochocientos años, si hacemos caso a las Cortes de 1359, estamos diciendo que Cataluña es un país que tiene mil años de historia, tiene muchos más años de historia documentada y vamos a buscar en documentos casi del siglo IX,
del siglo VIII y IX, los primeros documentos catalanes. Por lo tanto, Cataluña ya escribía todo lo que hacía, toda su actividad queda registrada desde el siglo IX.
A partir de aquí, ¿para qué sirven los archivos de un sistema? Los archivos sirven para dar todas las garantías a las instituciones, a los ciudadanos, para poder acceder a estos documentos, ya sean públicos o privados.
Por lo tanto, dan fe de lo que ha sido esta historia de centenares y centenares de años de instituciones y personas que han ido generando una actividad y han ido registrando todo lo que hacían en los documentos. Por lo tanto,
Cataluña es un país que tiene un recorrido archivístico muy grande. Tiene una gran capacidad para conservar estos documentos. Tanto que tenemos, prácticamente, más de 1.000 km de documentos. Es un país en el que hay muchísima producción documental
y que también la muestra. Tenemos más de cinco millones de documentos online. La gente puede acceder y, por lo tanto, el sistema de archivos debe garantizar este acceso a la información tanto pública como privada.
El sistema de archivos también es una garantía de transparencia administrativa. Dá garantías de que somos un país transparente, que queremos que toda la actividad pública sea conocida y accesible para los ciudadanos.
Por lo tanto, este sistema no solo dá valor a lo antiguo o histórico, que permite que el ciudadano acceda a él, sino que también es un país que reconoce que la labor de la administración debe ser transparente.
Debe ser clara y debe permitir que el ciudadano tenga confianza en la administración. Y esto, de alguna manera, es el sistema de archivos. Un conjunto de organismos públicos que debe velar por el sistema. Los grandes espacios no son solo para guardar los archivos,
sino que también permiten el acceso a ellos, hacemos que la sociedad los pueda compartir.
El deporte en Cataluña es uno de los emblemas, uno de los símbolos más importantes porque Cataluña es un país que tiene una tradición deportiva muy grande. Esto se ve claramente identificado en los documentos.
Tenemos casi 90 clubs de más de cien años de historia. Cataluña tiene escaladores que han subido a todas las cimas de 8.000 metros. Tiene clubs de fútbol muy singulares, digamos, uno de los más singulares del mundo.
Y, por lo tanto, Esta actualidad deportiva se nutre de toda la historia del deporte en Cataluña. Debemos pensar que el deporte en Cataluña nace en el entorno de las asociaciones sociales, la gente
se junta para hacer deporte. El centro excursionista de Cataluña es un centro que une a personas para hacer deporte desde hace más de cien años, para conocer Cataluña, para ir a la montaña, para hacer escalada pero también para conocer espacios y parajes desconocidos.
Por lo tanto, nace el asociacionismo de la relación entre las personas, de las actividades deportivas. Esto se consolida a lo largo del tiempo hasta la actualidad. Tenemos campeones en todas las disciplinas deportivas pero, sobre todo, a grandes practicantes
de algunos deportes. Me gustaría ligar esto con el mundo de los archivos. Claro, ¿cómo sabemos los hitos, las grandes aventuras, las grandes experiencias de este país? A través de los documentos. Los documentos nos muestran, a través de fotografías, a través de carteles,
de acontecimientos que han pasado, el gran valor que han tenido estas actividades deportivas a lo largo de la historia. Tenemos que pensar que, por ejemplo, en el año 1922, cuando todavía estaba empezando el siglo XX,
había competidores del norte de Europa que venían a Tortosa, al río Ebro a hacer regatas y a dar a conocer una modalidad deportiva desconocida hasta ese momento. Para poner más ejemplos, y no en el ámbito profesional,
cuando se hacen los primeros descensos de aguas bravas en Sort, la zona de Pallars se convierte en uno de los puntos más importantes de toda Europa, esto queda muy bien registrado en los documentos. Los documentos explican cómo, en los años 60, había gente que venía a Pallars a hacer una actividad
absolutamente diferente de la actividad productiva básica, que era la agricultura. Por lo tanto, es algo muy singular, ¿no? Justo ahora, estamos celebrando el 25 aniversario de las Olimpiadas. Los principales actos de las Olimpiadas tienen su fuente de información en los documentos de ese momento.
Pasado mañana hacemos una presentación en Seo de Urgel de los 25 años de las competiciones en los canales de agua brava del parque del Segre. Toda esta exposición se basa en documentos de archivo. Documentos que han sido tratados por estos archivos
y se difunden a través de las plataformas online, o bien accediendo a estos espacios y a estos archivos. Por lo tanto, la relación entre lo que es el deporte y la cultura y, en este caso, todo lo que supone el mundo documental, los documentos, es muy clara.
Hay miles de clubs en Cataluña, muchas federaciones que tienen, en su patrimonio documental, tesoros a los que pueden acceder los ciudadanos o cualquier otra persona de dentro o fuera de Cataluña.
Unos contenidos que relacionan toda una actividad deportiva de éxito con todo lo que sería un patrimonio documental que lo atestigua, que lo hace visible para todo el mundo de una forma bastante universal.