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Josep Maria Figueres

Entrevistado el 15 de diciembre de 2017 para la serie documental Catalunya Barcelona .

Soy Josep María Figueres, nací en Cataluña en 1951.

¿Puedes comentarnos, brevemente, cuál ha sido tu campo profesional?

Desde que publiqué mi primer libro de investigación en 1981, me he dedicado a la historia del periodismo.

Mi especialización es, por tanto, la comunicación en el ámbito cultural y, de manera secundaria, la historia de la cultura y de la política.

Así, podríamos decir que soy especialista en la historia de la prensa catalana.

Empezaremos con la Mancomunidad, ¿podrías contarnos quién fue Prat de la Riba?

[Enric] Prat de la Riba fue abogado, político y periodista con propiedades. Nace en Castelltersol y muere en Castelltersol, en la misma cama.

Por lo tanto, es una persona de gran tradición y continuidad.

Prat de la Riba se encuentra con una Cataluña que tiene herencia de Valentí Almirall, se refiere a él como El Mesías, por lo tanto, ya se identifica.

Y trabaja en la construcción de grandes herramientas.

Un periódico, ‘La Veu de Catalunya’ [La Voz de Cataluña]. Un corpus dogmático, ‘La Nacionalitat Catalana’. Y la creación de un partido, La Liga de Cataluña que, en la Segunda República, será La Lliga Catalana.

Y, a través de artículos, reflexiones, elabora tres volúmenes de casi mil páginas cada uno, editado por el Instituto de Estudios Catalanes. Tres mil páginas de pensamiento.

Así, es un hombre de acción, un político y, por lo tanto, un teórico.

Rápidamente, esta personalidad atrae a un conjunto de personas que le harán secretario de las diferentes entidades, el Centro Escolar Catalanista, etc.

Y pasará a ocupar la presidencia de la Diputación de Barcelona.

Y empezará a impulsar la unión de las cuatro Diputaciones a través de un proceso complejo administrativamente

La Diputación es un organismo de gestión provincial. Cataluña estaba dividida en cuatro partes, cuatro provincias. Y cada una tenía su gobernador civil.

En ese momento, no había ningún organismo fuera de la autoridad militar que tuviese a Cataluña como el único centro de administración. Eran las las provincias las que se entendían con el gobierno central. las que tenían todos los recursos y todas las disposiciones con un Congreso Estatal.

Prat de la Riba lucha por la unión de las cuatro provincias, que no es que estuviesen separadas, sino que había una división política hecha por el conjunto del estado español; desde la división que se produjo a raíz de la separación de provincias, como hizo Francia con los departamentos.

En este sentido, Las provincias no son como los estados de Estados Unidos que tienen su autoridad política, su Parlamento y sus leyes.

Sino que la provincia era una parte del todo y el todo era España. Cataluña no existía.

La labor de La Lliga, la del periódico La Veu de Catalunya, la de Prat de la Riba consistía en crear los elementos para poder mantener la Mancomunidad, es decir, la unión de las provincias.

Esto se consigue y a través de un empréstito, a través de los presupuestos de las Diputaciones y a través de pequeñas y escasas transferencias, provoca una transformación absoluta del país.

Prat de la Riba desarrolla, en el frente de la Mancomunidad, una obra en la que habrá la creación de caminos y la voluntad de hacer llegar la modernidad a todas las poblaciones de Cataluña a través de un ideal.

Que cada pueblo tuviese teléfono, la red telefónica. Después, la dictadura de Primo de Ribera la absorberá y se la quedará cuando suspenda la Mancomunitat diez años después, de 1914 a 1924. Diez años de actividad.

Por lo tanto, Prat de la Riba desarrolla el frente de la Mancomunidad. Gana las diferentes elecciones, en este sentido, provinciales que se celebran y puede asumir la dirección.

Caminos, teléfonos, bibliotecas. y una obra que abarca muchos campos. Desde la protección de aves porque comen insectos, hasta lo que sería la acción en la agricultura.

La creación de instrumentos de investigación. Desde la metodología hasta lo que serían los concursos, exposiciones para mejorar las razas de vacuno, etc.

Por lo tanto, una acción de gobierno que, al no disponer de recursos, no podía gestionar una gran acción económica más allá de lo que ya hemos dicho.

Y también impulsa lo que sería la incorporación de la mujer no desde una perspectiva obrera.

Escuelas de bibliotecarias, apoyo en el ámbito administrativo, taquimecanografía, etc. Y también en la formación, que era la gran preocupación de esa generación. Ofrecer formación.

Por lo tanto, el vínculo de los intelectuales, la complicidad de los partidos políticos que operaban en Cataluña y la voluntad de la población exitosamente demostrada en las elecciones municipales o el éxito de las votaciones de las cámaras de las Diputaciones hace que haya una situación muy positiva para la Mancomunitat.

Este proceso lo frena el golpe de estado militar del General Primo de Ribera en septiembre de 1923, que disolverá la Mancomunitat.

Esto provocará una situación ignota en 1917. El nuevo presidente es [Josep] Puig i Cadafalch, arquitecto y político del mismo partido, la Lliga de Catalunya, y así, la Mancomunitat no puede actuar.

 

¿Podrías comentarnos quién fue Francesc Cambó?

[Francesc] Cambó fue un joven abogado nacido en Empordà, en Roses y baja a Barcelona y allí desarrolla primero una carrera de periodismo. Participa en La Veu de Catalunya con Prat de la Riba.

Rápidamente, se integra en la Lliga de Catalunya. Es abogado junto con [Narcís] Verdaguer y también es regidor en el Ayuntamiento de Barcelona.

Era una persona con mucho talento, de una gran y sólida cultura, un intelectual poco conocido. Su obra completa son diez volúmenes de ensayo, artículos, libros de reflexión, etc. Todo esto lo avala, lo demuestra.

Rápidamente, se sitúa como alto dirigente, gracias a unas operaciones económicas obtiene una fortuna importante con la CHADE, una compañía eléctrica argentina y así, obtiene una gran fortuna.

Asimismo, cuando Prat de la Riba muere en 1917, se convierte en dirigente de la Lliga de Catalunya.

Se habían repartido los papeles, Prat de la Riba, Cataluña, Cambó, la acción parlamentaria en Madrid. Cambó tenía una gran capacidad, él siempre utiliza una palabra en su correspondencia, ‘inmediatamente’; era hombre de acción.

Pero también era reflexivo y, en sus artículos y libros practica una política de ayuda a la identidad catalana con gran intensidad.

Durante muchos años, su acción benefactora de mecenazgo es importante, no solo por la cultura catalana. Él dona cuadros al Museo del Prado porque dice que no tienen, etc.

Y, políticamente, tiene un pensamiento igual al de Prat de la Riba, muy delimitado, conservador, católico, apoya la monarquía.

Esto hará que pueda ser ministro con los gobiernos centrales y centralistas pero también que, en una sociedad tan polarizada como lo es la de los años veinte y trenta, hace que sea el enemigo a abatir, la persona que las clases populares ven como el enemigo clásico.

Una sociedad polarizada. Pensemos que en 1917 la Revolución Rusa estaba vigente y que originaba situaciones muy conflictivas.

En Barcelona, durante los años veinte, hay pistolerismo, se mata a la gente por la calle en atentados, hay sindicatos de diferentes tipologías, hay bandas armadas de pistoleros a sueldo de la Patronal, hay autodefensa de grupos de la FAI de acción directa; una sociedad violenta.

Añadamos El insoluble conflicto de la guerra de Marruecos, una guerra colonial en la que el ejército corrupto no aplica soluciones específicas.

Por ejemplo, no aplica métodos racionales de resolución. Solo provoca una espiral de represión.

Esto hace que la población de Marruecos active los mecanismos de lucha. Marruecos no existe, es el Riff.

Estos mecanismos provocarán una situación desastrosa como Anual. Habu tantos muertos que no saben ni cuántos son, ¿10.000, 12.000, 13.000?

Incluso capturan al General al mando, al General Silvestre, y lo matan, etc.

Por lo tanto, a pesar de la censura de prensa, la población está en una situación de hostilidad. En la Semana Trágica ya había provocado rebeliones civiles en Barcelona, de familias que veían cómo los padres de familia con niños pequeños tenían que irse al conflicto.

No era por motivos ideológicos sino por la manifiesta incapacidad del ejército de llevar operaciones específicas.

Por ejemplos, distribuyen a la tropa en blocaos con pequeñas provisiones, se las llevan con mulas al desierto, prácticamente, en verano, en África, les llevan agua.

Son el blanco de los francotiradores. Es una situación desastrosa.

Por lo tanto, es una guerra complicada que solo podrá resolverse cuando Francia intervenga en 1924 con una dictadura militar.

Muy bien. Esta situación, digamos, tan compleja provoca que se exijan responsabilidades a los militares. El Informe Picasso investiga esta situación.

Los militares cierran filas y esta es una de las causas. Hay otras, esta es una de las principales por la que se produce una revuelta militar.

Una revuelta militar que llevará a una situación de involución política en la España de 1923 hasta la proclamación de la República en 1931.

¿Podrías comentarnos la importancia de la Mancomunidad respecto al independentismo catalán?

Bueno, el independentismo no existe. Durante todo el siglo XX, Cataluña quiere que respeto a su identidad, respeto a su lengua, que esta pueda usarse con naturalidad y normalidad como se hacía antes de la conquista militar en Cataluña en 1714.

Que pueda actuar como cualquier país con la población, la tradición, la historia, el arte, la arquitectura, etc. Como cualquier país.

A nadie se le dice ‘used debe usar esta lengua’ y sustituir la que tiene. Los catalanes piensan en catalán porque su familia y su tradición se lo ha puesto así, en este sentido.

Por lo tanto, no es que quieran la hostilidad de la cultura española, sino que hay hostilidad en unas formas de gobierno.

Gobierno que, por otro lado, ha provocado armonía.

Valentí Almirall ponía de ejemplo a Estados Unidos como una constitución que él estudia muy bien y a la que dedica un libro de estudios en la que hay respeto.

No solo por los derechos individuales, sino que hay respeto por un estado federal en el cual hay leyes.

Cuando tú explicas que un estado de Estados Unidos tiene unas leyes y que, unos kilómetros más allá, ya no las hay, y la policía se detiene, quiere decir que ese país es federal.

España no lo ha sido nunca. España ha querido una lengua impuesta a cualquier precio y unas normativas impuestas a cualquier precio.

Esto, añadido a una situación compleja en el mundo social, hace que la España del siglo XIX sea una España con guerras civiles. Prácticamente, todo el siglo es de guerras.

Empieza con la Guerra del Francés por la invasión francesa y acaba con la guerra de independencia de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Estados Unidos, etc.

En el medio, tres guerras civiles carlinas y revueltas proletarias, obreras y campesinas, etc.

 

La voluntad de Cataluña es el respeto a la identidad. Esto hace que la Mancomunitat gestione mejoras productivas en agricultura, en la industria, en el comercio y en la identidad, favorece a la educación, etc.

El modelo de Estados Unidos, el de Suiza, respecto a los idiomas, en un estado federal o confederal no se aplica en el estado español.

Así, Cataluña apuesta por la creación de partidos políticos, la Lliga, que gana las elecciones en 1901, y la apuesta que hace es influir al estado español.

Esta apuesta se lleva a cabo a pesar de la situación de dureza de todo el siglo XX.

Por ejemplo, Prat de la Riba, director del periódico La Veu de Catalunya, tiene un problema legal cuando publican una nota que, para las autoridades militares, tiene un consejo de guerra en 1902 y se considera subversiva. Acaban encerrándole en la cárcel.

En este consejo de guerra, Prat de la Riba no se declara independentista y tampoco La Veu de Cataluña.

Quieren la tranformación de España. Es más, Prat de la Riba recibe premios y órdenes, medallas, el gran oro de Isabel la Católica y la Lliga apoya a los gobiernos conservadores monárquicos de Madrid.

Por lo tanto, esto configura una situación en la que los matices son muy importantes. El respeto a la diferencia, a la lengua, a la identidad, un no a las prohibiciones y un no a la independencia, a irse del estado.

Hay relaciones económicas, las hay de muchos tipos pero el catalanismo político, fuera de pequeños grupúsculos, que serán los del Estat Català, los que encarnan a Macià, etc, no quieren la separación.

Evidentemente, la Mancomunitat no participa en esta acción ni la favorece.

La prensa separatista es prácticamente insignificante, residual.

¿Hasta qué punto fue la Mancomunidad capaz de deshacer las restricciones aplicadas en Cataluña a partir de esta conquista militar de 1714?

La Mancomunitat tenía un margen de maniobra muy pequeño por la parte económica pero tenía uno altísimo en simbolismo porque tiene la absoluta complicidad de la población, tiene el vínculo de una gran habilidad política hallando aliados y apoyos de Prat de la Riba y también de Puig i Cadafalch.

Por lo tanto, la Mancomunidad no puede transformar el país. Hubiese sido distinto que hubiese dispuesto de muchos recursos que sí que hubiesen influido pero las grandes acciones de infraestructura de todo tipo, desde el puerto de Barcelona hasta Universidad, siguen en manos del estado central.

Pero la Mancomunitat puede crear nuevas iniciativas de modernidad. Por ejemplo, hace un catálogo de nubes, estudia meteorología, un instituto de estadística, un servicio de educación por correspondencia a distancia.

Es decir, tiene una capacidad de creación y de innovación fantástica. En este sentido, hay la ilusión de un nuevo país y esto se demuestra desde la salvación de las pinturas románicas que hay en el Pirineo hasta en la creación de mil y un organismos de los cuales todavía muchos perduran hoy en día.

Toda esta obra será deshecha por un Estado que, en el siglo XVIII, parece que solo tuviese tres procupaciones: el cobro de impuestos, la excepción de los hombres en el servicio militar obligatorio y la creación de unas normativas válidas para todo el Estado.

Pasamos a la Segunda República, ¿qué puedes contarnos sobre las elecciones de 1931?

Estas elecciones fueron municipales pero salen de una dictadura, como es bien sabido.

Por primera vez, la población… Es un voto partidista porque solo los hombres pueden votar, las mujeres no podrán hacerlo hasta tres años después cuando lo autorice la República.

Pero estas votaciones tienen la particularidad de que Hay una voluntad de superar el régimen dictatorial que tiene la complicidad de la monarquía y de las clases dirigentes.

Los grandes problemas del estado español eran la articulación territorial, el problema de Cataluña, la situación específica de una Cataluña que no está satisfecha porque sufre represión, discriminación, no solo económica sino también idiomática, simbólica, etc.

Tendremos un problema social gravísimo en el cual las posiciones de conflicto están a la orden del día con una represión militar que apaga el problema pero que no lo resuelve.

Y después también con otros problemas específicos. Uno es la necesidad de una reforma agraria, otro la necesidad de una reforma, de la modernización del militar y del ejército, y otro es la cuestión religiosa.

Por lo tanto, todo esto significa que la dictadura no lo resuelve sino que lo aplaza. En este contexto, La proclamación de la república es la multitud exultante, la multitud que sale jubilosa a la calle para expresar su deseo de un mundo mejor.

Que pueda haber igualdad social, que pueda haber una educación generalizada para sus hijos, unas mejores condiciones de vida, de higiene, etc.

Por lo tanto, unas votaciones municipales significan una señal, un aviso de salida para una transformación del país.

Ciertamente, los votos lo piden pero digamos que eran unas votaciones municipales, no eran votaciones para mover al país hacia una nueva situación.

Las tensiones internas de la dictadura entre militares y el monarca que no había mostrado una separación y se vincula totalmente con el golpe de estado militar, etc, configura que las fuerzas del orden público no quieran enfrentarse a la población y Así, el rey tendrá que irse.

Se va al exilio a Roma y así, se establece un nuevo régimen automáticamente.

Como hubo el Pacto de San Sebastián que, en definitiva, creaba la coordinación, el acuerdo, aunque no está escrito, la posibilidad de que fuerzas republicanas, fuerzas democráticas, como las llamamos hoy en día, resuelvan los grandes problemas que puedan ser los derechos individuales y también la cuestión de Cataluña.

Automáticamente, Cataluña tiene el reconocimiento sin ninguna elección previa de un sistema de autogobierno, tiene la Generalitat provisional.

La república se proclama antes en Barcelona que en Madrid, también se proclama la Generalitat y Companys y Macià, desde dos posiciones diferentes, aunque sean con un vínculo republicano y catalanista, tienen matices muy importantes.

En este sentido, la creación de la Generalitat impulsa automáticamente la creación de un embrión de estructura de estado.

Macià debe ceder ante la visita de tres ministros españoles de los cuales dos son catalanes. Marcelí Domingo, entre otros, le dicen que es necesario que haga el sacrificio de disolver la república catalana, que llevaba tres días en vigor, pero que ya había sido puesta en marcha

Iba en serio, pero no a la independencia, sino al reconocimiento de un estado federal dentro del estado español pero con legislación específica, etc.

Por lo tanto, ya había convocado a alcaldes, enviado cartas, incluso la autoridad militar se pone a su disposición y acepta la nueva orden y Macià es, en este sentido, el presidente de la Generalitat.

Así empiezan los años de la segunda república, marcados por una voluntad, por el anhelo, la esperanza de una mejor aurora para la población pero con una enorme cantidad de problemas que no se resuelven hábilmente.

Esto lleva a que se deba producir el desenlace de la violencia como última opción, el desenlace de la fuerza para resolver estos problemas.

Y así, los años de la república serán de ilusión y esperanza, con esta alegría que se muestra en las multitudes en las calles de Madrid y Barcelona y la mayoría de ciudades importantes de Cataluña, desde Manresa a Tarragona.

Pero también la dificultad de articular respuestas que tranquilicen al conjunto de la población, que no creen dos bloques enfrentados.

¿Quién escribió la Constitución de 1931 y por qué fue tan importante?

La Constitución se redacta, y es importante porque aporta unos principios en los que hay un reconocimiento a los derechos individuales por primera vez y pueden articular respuestas a estos problemas.

La Constitución tiene unas características específicas pero no da respuestas, tendrán que ser las nuevas leyes del Estatuto, por ejemplo.

La Constitución se aprueba con relativa facilidad pero no será lo mismo con las leyes específicas. La ley de reforma agraria, la ley de recontratos de cultivo, la ley de reforma militar, las nuevas legislaciones no se resolverán fácilmente.

Un ejemplo será la creación de posiciones antagónicas en el estatut de 1932 en un verano terrible en el que la prensa de Barcelona y la de Madrid se enfrentan, luchan dialécticamente con unas argumentaciones tradiciones como podían ser las del periódico ABC que, tradicionalmente, era representativo de la monarquía, conservador, católico, hostil hacia las reivindicaciones que incumbían a Cataluña.

Pero otros periódicos se unen, incluso prensa considerada más liberal, como sería el caso del Sol, o publicaciones que siguen una línea que Prat de la Riba y Valentí Almirall denunciaban, de finales del siglo XIX, con periódicos como La Correspondencia de España.

Con periódicos en los que había incomprensión hacia la diferencia porque Cataluña no quería irse de España pero sí que quería que se entendiera y aceptara su diferencia.

El gran debate del estatut de 1932 provoca que haya una enorme reacción de hostilidad hacia la posición catalana.

Llega hasta el extremo en que en los periódicos hay, prácticamente cada día, artículos de opinión, editoriales, entrevistas, incluso chistes sobre esta situación, prácticamente cada día.

Conozco el caso de un periódico, el ABC, en el que durante estos dos años, 1931 – 1932, hay miles de textos firmados en la página editorial sobre la cuestión catalana, desde los corresponsales Adolfo Marsillach, Pedro Pujol, etc, hasta los colaboradores. Prácticamente todos tienen esta hostilidad.

Lo mismo ocurrirá en otros periódicos, por ejemplo, el periódico El Imparcial hará un número monográfico íntegro dedicado a la cuestión catalana mostrando esta incomprensión, diciendo que esta situación no es necesaria.

¿Qué quería Cataluña? Un rango de respeto por su lengua, que tuviese tolerancia, no en el ámbito privado, sino en el público.

Y, pensemos que la dictadura de Primo de Rivera, por ejemplo, lleva al destierro y a la cárcel a personas por haber hecho la guía, simplemente, una entidad privada, el Colegio de Abogados, la guía, que eran nombres y apellidos y direcciones, la guía de los colegiados con la primera página en catalán, cuando las direcciones y todo está en su lengua.

Es decir, era una voluntad de imposición de la lengua, la imposición de una mentalidad diferente.

Desde esta perspectiva, la lucha en el estatut está hecha desde dos posiciones antagónicas. Desde Cataluña, la nueva prensa, los periódicos ‘Republicà’, ‘l’Opinió’, el periódico republicano ‘La Humanitat’, el republicano y también catalanista ‘La Publicitat’, tendrán el apoyo de la prensa republicana.

Por excelencia, ‘El Diluvio’, etc. La prensa de Madrid y la de Barcelon tendrán este enfrentamiento.

Esto provocará una situación de difícil resolución que Solo podrá salvar que, el 10 de agosto de 1932, el General Sanjurjo intenta dar un golpe de estado. Dicho estado provoca una reacción de que puede pararse y que la situación catalana debe resolverse.

Cataluña es el baluarte de la república, precisa de un reconocimiento y, efectivamente, un mes después, el viaje de Azaña, lloros de Macià, abrazos y un estatut.

Un estatuto rebajado, que no era lo que quería ni la población ni el Parlamento de Cataluña pero, teniendo en cuenta las circunstancias, un estatuto viable, operativo y que rápidamente empieza a aplicarse.

¿Qué fue la Falange y cuáles fueron las circunstancias de su creación en 1933?

La Falange es un pequeño grupo formado por lo que serían grupúsculos de Onésimo Falange Española Tradicionalista de la FET y de la JONS en el que hay diferentes grupúesculos pero que no tienen una gran implantación en Cataluña, como se ha estudiado.

Tendrán un valor simbólico por la importancia posterior resultante del decreto de unificación que hará el General Franco y que, por lo tanto, tendrá esta fuerza con delegados en todas las poblaciones durante el Franquismo.

Pero no tendrán representatividad ideológica, social, ni política. Será a posteriori cuando tendrá esta fuerza.

La Falange encarna uno de los muchos movimientos que hay en una Europa polarizada, en la que hay dos concepciones de lucha, una totalitaria, autoritaria, lo que sería Hitler, Mussolini pero también Austria, etc.

Y otra concepción que serían las democracias de Inglaterra, Francia, etc.

Por lo tanto, en este contexto de Europa dividida, es cuando aparece un grupo que tendrá muy poca implantación en Cataluña.

De hecho, incluso sabemos que el número de civiles que van a uno de los cuarteles de la tropa revuelta no llegan a 300 en una ciudad de 300.000 habitantes, es decir, un número muy bajo.

Otros movimientos tienen más fuerza, como el Carlismo o la Confederación Española de Derechas Autónomas, la CEDA, que agrupa a diferentes partidos junto con Gil Robles.

Y que incluso tendrá una colaboración puntul en casos determinados como la ley de contratos de cultivo, que provocará un terrible episodio que significará, prácticamente, la disolución de la Generalitat en 1934. Un episodio conocido como Los Hechos de Octubre.

¿Qué puedes contarnos de las elecciones de 1933?

Estas son unas elecciones que gana la derecha. Hay diferentes particularidades; desde el voto de la mujer hasta la posición de que la Repúblic no da respuesta a diferentes problemáticas que hemos esbozado anteriormente.

Por lo tanto, son unas elecciones en las que hay un gobierno de izquierdas en Cataluña pero en el conjunto del estado hay un gobierno de derechas; este es el resultado.

Y un gobierno de derechas en el que habrá la implicación de un personaje que había tenido la representatividad del movimiento obrero en Cataluña; el partido republicano de Alejandro Lerroux.

Esta situación comportará gastos en vano.

La Generalitat, que ya había cedido con el estatut, tiene delante a un gobierno que no ofrece ningún margen de colaboración y que todo se reduce a una frase, lo que para unos será el camino de salida, para otros será el punto de llegada.

 

Las elecciones de 1933 representan la cristalización de lo que para unos es el punto de salida y para otros el punto de llegada.

Para Cataluña, el estatuto es un punto de salida hacia un despliegue. Para el estado español, con su concepción más autoritaria, es ‘hasta aquí’. Por lo tanto, el conflicto está servido.

Y aparece una ley que aprueba el Parlament de Cataluña que es la ley de contratos de cultivo, una ley reformista, simplemente, no es una ley que expropie la tierra y que dé el poder al soviet de campesinos y trabajadores.

Es una ley reformista en la que el fuerte mundo arrendatario sigue siendo un aliado, la unión de arrendatarios de Cataluña era aliada de Izquierda Republicana de Cataluña, la fuerza que gana las elecciones de 1931, dos años antes, y por tanto, El ambiente social era tenso. Hay revueltas de carácter anarquista., de caracter trobarista, el Alt Llobregat, en enero de 1933 hay una situación de tensión.

La república, que se llama República de Trabajadores, no dá respuesta ni a las exigencias que se esperan. Por lo tanto, hay cierta prisa y la república va a otro ritmo.

En este contexto, el Parlament de Cataluña aprueba una ley, la ley de contratos de cultivo. Una ley. digamos, reformista. El Tribunal Constitucional, que antes se llamaba Tribunal de Garantías Constitucionales la tumba, la prohibe.

El Parlament de Cataluña vuelve a votarla íntegra, sin modificar ni una coma, íntegra. Y se produce la acción del Tribunal de Garantías Constitucionales y del gobierno de un enfrentamiento.

Entre medio, manifestaciones, in crescendo, de campaña periodística. Hostilidad, en definitiva.

En esta situación, un partido importante de Cataluña que es la Lliga de Cambó, esta Lliga de Prat de la Riba, una Lliga conservadora, se alía con las fuerzas de la derecha conservadora española hasta el punto que El Be Negre, un gran semanario de humor intelectual político del momento.

El Be Negre publica una caricatura en la que se ve al águila, que era símbolo del periódico ‘La Veu de Catalunya’, yendo del brazo del ABC. Es la cristalización, la encarnación y visualización de una alianza.

Una parte de esta Cataluña representada por el Instituto Agrícol Catalán de San Isidro, que no acepta el reformismo de las relaciones en el campo catalán y el posicionamiento duro y cerrado de esta alianza con la parte, digamos, más conservadora desde las instancias políticas de Madrid.

En este contexto es cuando Companya hace una proclamación, que no es independentista, dice ‘Dentro de la República Federal Española’ y lo dice claramente. Esta proclamación no va acompañada ni de una buena organización ni de una voluntad de ocupación del poder.

El General Batet simplemente en doce horas, la eliminará sin derramar sangre. Esto hará que el General Franco nunca le perdone, él quería que hubiese dureza militar como pasó con Asturias, donde la Legión arrasó. Vale que allí también hubo una acción de ocupación de ciudades y de pueblos por parte de los mineros revueltos.

Pero el General Batet pagará su fidelidad al orden constitucional del momento, que es el republicano, con su vida cuando no quiera rebelarse contra la república cuando lo hace el General Franco.

Por lo tanto, esa persona que frena el 6 de octubre será fusilada por el General Franco dos años después.

Por lo tanto, significa una república condenada con una grave dificultad porque no va solventando los problemas, quedan estas herencias. Y la cuestión agraria, la territorial catalana, la religiosa con la ley de congregación religiosa, etc, son simplemente más lastre, más peso en este globo que no puede despegar.

La república está herida.

¿Podrías comentarnos qué es la CEDA y cómo contrastaba con ERC?

Bueno, la CEDA es la encarnación del mundo tradicional español.

El famoso lema decía ‘por los 300’, por los 300 diputados. Eso significaba no solo la mayoría absolut sino la plenitud de las cortes que encarna Gil Robles en una España muy polarizada.

Una España que tiene a buena parte de la población todavía en el mundo agrario, una división provincial que lleva un gran número de diputados, hay una sola cámara, un gran número de diputados y las zonas industriales desde Madrid, Sevilla, Zaragoza y, naturalmente, el litoral de Cataluña a Valencia no tienen esta visión.

Podríamos decir que tienen una visión más avanzada.

Y, en el caso de que haya estas particularidades, como el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco, o como Cataluña con Esquerra Republicana y la Lliga, el sistema de partidos, como el sistema comunicacional, como el sistema de las relaciones sociales con partidos políticos, sindicatos de clase, etc, son absolutamente diferentes.

Por lo tanto, en una situación en que el gobierno central tiene mayoría y la izquierda que representará es una concepción desde el republicanismo que significa la herencia de los valores de la Revolución Francesa de libertad, igualdad y fraternidad. Serán los que pueden inspirar, aquí el éxito de Lafayette en Estados Unidos, los que pueden inspirar esta constitución modélica desde esta perspectiva, hará que haya un antagonismo.

Y este antagonismo estallará cuando no pueda haber un punto de colaboración.

Y estallará, como ya había hecho en 1931, y la única diferencia es que en 1934 pierde y en 1931 gana.

Si hubiese ganado en 1934, Cataluña es de suponer que hubiese seguido dentro del estado español pero con una república que hubiese aceptado más estos valores de la izquierda, que es lo que se quería.

Se quería a la república para hacer una transformación social.

¿Puedes hablarnos de las elecciones de 1936 y la relación entre la victoria del Frente Popular y el golpe de Franco?

El bienio negro representa una involución. Se detiene al gobierno de la Generalitat y lo llevan al barco ‘Uruguay’. Las cárceles están llenas, 1.500 detenidos, el gobierno de la Generalitat encerrado junto con gente como el filólogo Pompeu Fabra en un barco.

En otras ciudades sucede lo mismo, el barco que hay en Tarragona, [Manuel] Arnús, etc.

Por lo tanto, periódicos suspendidos, partidos casi clausurados y inoperativos, los ayuntamientos eliminados políticamente y, naturalmente, la Generalitat inoperativa con el gobierno en la cárcel.

Habrá un juicio por el mismo Tribunal de Garantías Constitucionales y Companys será condenado a reclusión mayor, le llevarán al Penal de Puerto de Santa María con otros miembros del gobierno, y el resultado de las elecciones de febrero de 1936 es un estallido.

Companys, que está en prisión, será liberado y hará un viaje de retorno triunfal, multitudinario, en el que habrá la salida de la población a la calle.

Las fotografías de Agustí Centelles son espectaculares. Se calcula que llegaron a recibir a Companys unas 700.000 personas en una Cataluña de dos millones de habitantes.

Por lo tanto, no era solo en Barcelona, era todo el camino que hace en tren y después en coche. Por lo tanto, la población sale a la calle.

Este resultado vuelve a poner a las izquierdas delante en la Generalitat, vuelve a dinamizar la Generalitat.

Pero pocos meses después, En julio, estalla por diferentes razones. Sobre todo por la cuestión de respeto a la identidad que no es aceptado en Cataluña, pero también por las normativas tanto de caracter social, en relación con el campo agrario y la religión, con el ejército, etc. Todo hace preveer que si ha ganado la izquierda, los años que vendrán serán unos años de aplicación de estos programas.

Por lo tanto, la derecha dice que ahora ellos harán la reforma agraria, etc.

Y así, si ponen juntos a capitalistas como el banquero [Juan] March con los dignatarios eclesiásticos, a excepción de algunos, un vasco, dos catalanes, [Francisco] Asís Vidal y Barraquer, etc, darán apoyo y carta de legitimidad con el dinero, con la iglesia y con la política de este alzamiento.

Este alzamiento tendrá también un caracter de alzamiento popular en zonas como Navarra. No se puede hablar solo de militares solos, en Navarra habrá un alzamiento de la población.

Por lo tanto, hay muchos matices en este sentido. De la misma manera en que el mundo demócrata irá a ayudar a la república con las brigadas internacionales, etc.

También irán voluntarios, pocos, pero irán a ayudar a Franco desde Portugal o Irlanda.

Es decir, será un conflicto internacional porque, en el fondo, es una concepción de que esta Europa dividida se juega la autoridad absoluta o el régimen parlamentario.

Y, por esta razón, vienen escritores, periodistas, observadores, fotógrafos, etc, de todo el mundo porque, en ese momento, España es el centro donde se debate la cuestión de qué debe ser el mundo.

Una Europa dividida, el auge y éxito electoral de Hitler, de Mussolini, y con unos Estados Unidos que contemplan una posición, podríamos decir, de poca intervención en este sentido.

Con unas simpatías, como demostrará el petróleo, el crédito hacia el General Franco y también una posición en la que irán voluntarios. Después se lo encontrarán con McCarthy, irán voluntarios a ayudar a la república.

Por lo tanto, será una sociedad muy dividida que irá tomando partido y la guerra representará, por lo tanto, la creación de un nuevo estado que se impondrá durante casi cuatro décadas.

¿Cuál fue el papel del periodismo en el momento en que la gente de las brigadas internacionales viniese?

El periodismo no juega un papel importante en la creación de las brigadas internacionales.

El periodismo especializado sí que juega un papel importante, más que el periodismo informativo, el asociacionismo, los partidos políticos, como el partido comunista.

Hay países en los que hay censura de prensa y el periodismo no informa de las razones profundas de este conficto, hay voluntarios.

Por lo tanto, el periodismo no actúa en este nivel.

Pero la mayor parte de los corresponsales y de los escritores irán a la guerra civil, como ha estudiado [Paul] Preston, los corresponsales de guerra se encuentran con mucha censura.

Censura en una España franquista, en la España republicana, censura en sus medios.

Aún y así, el periodismo internacional puede desarrollar una labor profesional con dignidad.

Y la prueba es que el bombardeo de Guernica se utiliza como elemento de propaganda pero debe ser un periodista, en este caso, quien explique qué ha pasado en Guernica.

Por lo tanto, el periodismo tiene esta posibilidad de dar información.

El periodismo será muy censurado, la práctica totalidad de los grandes corresponsales harán un libro de memorias y allí explicarán lo que no han podido explicar en sus crónicas.

Las crónicas serán costumbristas, de lo poco que pueden contemplar, pero la presencia de la censura lo tergiversa todo, en este sentido.

Por lo tanto, hace que el periodismo no tenga esta influencia.

Pero sí que es un aspecto, digamos, épico, muy interesante la multitud de actos que hay en todo el mundo en relación con la España republicana.

En relación al conflicto bélico que se está produciendo, conflicto ideológico en el que hay unas partes antagónicas muy marcadas, clase obrera, campesinos, iglesia, apoyo del Vaticano, banca…

Por lo tanto, los dos modelos de la sociedad están en el escenario bélico y esto hace que esas personas como George Orwell, el novelista [Ernest] Hemingway, etc, digan que su lugar está en España.

Y fotógrafos, gente conocida morirá, muchos serán encarcelados, etc. La guerra civil estará en el centro del mundo durante estos dos años y medio.